Lagunas ; Quackity | Karmaland & DSMP |

Capítulo 22. ¡El gran druida Sapo Peta!

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Quackity es un chico al que no paran de ocurrirle cosas, desde que le incluyeran en un grupo de guerreros en un mundo diferente al suyo, hasta terminar en diferentes planos fuera de su comprensión. Pensaba que toda su vida había dado un giro de ciento ochenta grados cuando llegó a Karmaland, y comenzó a experimentar cosas inexplicables y establecer relaciones complicadas, para después darse cuenta que realmente no era nada comparado a los recuerdos que gradualmente volvían en sí ¡Siendo mucho peores que sus vivencias recientes!

Con tal de demostrar sus progresos y que no sólo era el imán de las tragedias, se aventuró a investigar una llamada de auxilio, queriendo averiguar quien más se encontraba en las tierras de Karmaland que necesitara de su ayuda. Únicamente terminó en un lugar al que no podía darle explicación, contándole de su vida a un hombre rodeado de goblins.

Quackity cuando abría la boca para hablar en medio de los nervios y la emoción, se desviaba constantemente del tema, hablando incluso de tres cosas distintas en cuestión de segundos. A ese ritmo, terminó por contarle al desconocido un rápido resumen de como había llegado hasta él, dándole detalles innecesarios de su vida en Karmaland, al punto de extenderse por mucho tiempo.

—...Entonces no sé si está viva, porque se dio un putazo que tronó feo— continuó hablando Quackity, sentado en el suelo mientras sus manos se movían frenéticamente, manteniendo entretenidos al gran hombre y a los goblins que le miraban atentamente. —Y me siento mal, porque me dijo su nombre y me hizo sentir más cercano a ella, pero me despertó algunos dejá vus y me siento incómodo, pero tampoco tenía la intención de que se lastimara cuando me ayudó a subir al portal—

—Uhm, así que sólo trajiste a dos compañeros— los dedos grandes de Sapo Peta jugaron con su barba. —Creo que por lo misteriosa que era esta exploración, debiste traer a más gente al no tener mucha información, incluso si las cosas con tus compañeros están tensas—

—Yo puedo hacerlo solo, ya he mejorado mucho— Quackity infló su pecho con orgullo. —Mira, logré llegar hasta aquí... Aunque no sé donde estoy— una vez que dejó de hablar de sí mismo, se encogió de hombros con temor. El lugar era tan silencioso y triste, no había más ruido que el de los goblins y la risa de Sapo Peta.

—Eres un chico muy interesante, Quackity— rio entre dientes. —Apenas me presenté y comenzaste a bombardearme de información, hablaste tan rápido que no pude ni interrumpirte, pero fue entretenido—

—Perdón— miró su regazo, agachando su cabeza con pena, aprovechando en esconder sus mejillas sonrojadas.

—Descuida, llevo mucho tiempo solo, es agradable escuchar una voz a parte de la mía y la de mi cabeza—

—¿Tienes una voz en tu cabeza?— Quackity habló precipitadamente, mirándolo con asombro. —Yo también, aunque no la he escuchado desde hace rato, no me ha hablado—

Sapo Peta rio con un "Hoho". —Es una forma de decir que me entretengo hablando solo, realmente no puedo tener conversaciones con alguna voz como si fuera otra persona— le miró atentamente. —Que divertido eres—

Quackity desvió la mirada y se rio nervioso de sí mismo.

—Fuiste demasiado valiente por pasar todos esos peligros y todavía atreverte a cruzar a este plano— felicitó el moreno, y sus goblins exclamaron con ánimo hacia Quackity. —Te lo agradezco, mis goblins de igual forma están felices contigo, gracias por ayudarlos a regresar—

—¿Les entiendes?— dijo, jugando con el casco de uno de los goblins.

—Sí, sé interpretar varios idiomas, he convivido mucho tiempo con estos pequeñines para saber entenderlos— contestó, siendo su hora de presumir. —Les enseñé a entender nuestro idioma, pero les cuesta hablarlo, por lo que sólo usan código morse para comunicarse—