09 - La redada

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NOTAS

Este capítulo contiene algunas escenas perturbadoras... Lean con responsabilidad.

¡Feliz Halloween!

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Una nueva semana comenzaba para los miembros de la Unidad 7. Con las energías renovadas, esperaban las órdenes del día en la sala de ocio del cuartel. Allí disponían de un bar, dardos, una mesa de billar, un futbolín y hasta juegos de mesa. Aquel espacio común favorecía el acercamiento entre las distintas unidades, por lo que otros agentes de las CES los acompañaban. Elisa era la única que aún no se había presentado en el cuartel.

―Eh, Tatiana, ¿cuándo iremos a tomar algo tú y yo solos? ―le insinuó Arnold, un hombretón esbelto y castaño, miembro de la Unidad 1.

―Lamento decepcionarte, pero no salgo con compañeros de trabajo ―remarcó Tatiana, que bebía café con leche en la barra, y las carcajadas de James afloraron cerca de ellos―. ¿Qué te hace tanta gracia?

―Nada, nada ―respondió James, conservando la sonrisa, y le acercó un croissant a Tanque.

―¿Dónde está vuestra compañera Elisa? ―cuestionó Anthon, un agente que pasaba desapercibido, pero que acostumbraba a ser gentil. Pertenecía a la Unidad 3, apreciable en su uniforme.

―Eso me gustaría saber ―comentó Richard, que jugaba al póker con Leonard y dos miembros de la Unidad 3.

―¡Sí, vuelvo a ganar! ―celebró Mei al conseguir la victoria en los dardos.

―Menuda destreza tienes. ¿Te vicias en casa? ―le preguntó Sandra, una joven morena de la Unidad 1 que competía con la médica.

―¿Todavía no la conoces? Lleva el juego en la sangre ―dijo Stuart con orgullo, que también había sido derrotado―. Es mejor tenerla de aliada.

―Disfruto jugando con ella ―expresó Adams, un chico de ojos grises con un atractivo contraste entre su pelo negro y su piel blanquecina, otro miembro de la Unidad 1―. Mei, ¿qué haces después del trabajo? ¿Quedamos para tomar unas cañas?

―¿Es que no tienes chicas en tu Unidad para ligar? ―bromeó Stuart, pretendiendo exponer las verdaderas intenciones del agente frente a todos.

―Si no fueras gay, diría que estás celoso. ―Adams le borró la sonrisa de la cara.

―Oye, no molestes a mi chico ―protestó James al escucharlo.

En ese instante, Elisa entró en la sala con discreción. Cabizbaja, evitaba llamar la atención de los presentes.

―Por fin aparece la sargenta de la Unidad 7. Buenas tardes, madame ―la saludó Carlos, el sarcástico agente de la Unidad 3.

―Elisa ―pronunció Tatiana y se acercó a ella mientras los demás le daban la bienvenida. En cuanto la francotiradora distinguió el corte en su labio, denotó su preocupación por su amiga de inmediato―. ¿Y eso? Ha sido el imbécil de tu hermano, ¿verdad? ¡Tengo unas ganas de partirle la cara!

―Ahora no, Tatiana ―murmuró Elisa.

Richard se puso de pie para hablar con la sargenta.

―¿Salimos fuera? ―le propuso Tatiana, pero el teniente Ethan las interrumpió.

―Sargenta Walter, a mi despacho, por favor ―ordenó Ethan, generando un silencio que reinó hasta que se marcharon.

***

Ethan le ofreció asiento a Elisa en su despacho, que destacaba por la montaña de archivos que reposaba sobre el escritorio. Su seria expresión se tornó suave, pues sentía pena por ella.

Evan 1. Renacer © [En proceso de edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora