23 - Mentiras

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Tras los siniestros sucesos ocurridos en Land Heart, la calma reinó como si fuera el ojo de un huracán. En realidad, todo formaba parte del plan de Evan, que preparaba un golpe contundente e inesperado. Quería sorprender a la población con la guardia baja. Mientras los especialistas y los medios de comunicación debatían sobre el origen de las aberrantes conductas que manifestaban algunas personas como si fuera un brote de psicosis colectiva, él formaba un ejército de muertos vivientes en los suburbios de la ciudad.

El científico recibió una repentina visita de Elisa. Ella nunca se había presentado en su casa sin avisar y, además, en esa ocasión lo hacía armada y portando su uniforme de trabajo, por lo que Evan se preocupó. Aun así, la atendió con el mismo cariño de siempre, pero ella lo esquivó.

—¿Estás bien? —dijo Evan mientras se adentraban en el salón—. He visto las noticias...

—Tenemos que hablar —lo interrumpió Elisa, cuya gélida expresión realzaba la seriedad del asunto—. Quiero que seas sincero conmigo. ¿Eres un terrorista?

—¿Qué? ¿Terrorista? ¿A qué viene eso?

—Vives solo. No haces nada, no sales. No regresas a tu trabajo. ¿Qué ocultas?

—No oculto nada. Estoy de vacaciones. ¿A qué vienen estas acusaciones? No entiendo nada —articuló Evan, desconcertado y anhelando que ella no lo hubiera descubierto.

—¡Eres un mentiroso! Traicionaste a Storm Company. Les robaste, ¿verdad? ¿Infectas a la gente con esa mierda de droga? ¡Responde! —Elisa le apuntó con la pistola.

—Tranquila, Elisa. —Evan levantó las manos—. ¿Quién te ha contado esa patraña? Intentan confundirte.

—¿Sí? Storm Company te busca y no creo que sea por ser un héroe. ¡Responde de una vez! ¡No me obligues a detenerte o a dispararte por terrorista!

—No soy un terrorista. Es verdad que te mentí, no estoy de vacaciones. Yo fui el traicionado por Storm Company. Me hicieron algo, me borraron la memoria. El día que me encontraste había escapado de ellos —confesó Evan.

—¡No te creo! —Elisa le encañonó la frente.

—Es la verdad. Me hubiera gustado denunciarlo, pero habría estado perdido sin recuerdos y sin pruebas. Estoy recuperando mis recuerdos poco a poco, pero aún no sé con claridad por qué me hicieron esto. Creé una Cura importante, pero inestable, y quisieron apoderarse de ella en contra de mi voluntad. Es lo que recuerdo. Piénsalo. ¿Por qué no me han denunciado ellos antes? ¿Por qué me buscan con tanto misterio? Eso significa que son ellos quienes ocultan algo y no quieren que salga a la luz. Además, tengo esta propiedad que son incapaces de asociar conmigo por alguna razón. Si me encontraran, me harían cosas terribles. Storm Company no es lo que os venden en los medios de comunicación.

—Todo es demasiado sospechoso... —Elisa bajó el arma—. ¿Me juras que es la verdad?

—Por supuesto que te lo juro. He corrido riesgos al conocerte, pero lo he hecho porque confío en ti y me gustas de verdad.

—¿Por qué no me lo contaste antes?

—Porque no quería ponerte en peligro. Créeme cuando te digo que Storm Company es peligrosa. Pero he sido un idiota al no confesártelo cuando debía.

—Te protegeré. No permitiré que lleguen a ti. Cuando recuperes tus recuerdos y sepas dónde encontrar las pruebas de tu inocencia, los denunciaremos. Lo siento por dudar de ti. —Elisa lo abrazó.

—Tranquila, es comprensible. —Evan la arropó bajo sus brazos—. Estás viviendo experiencias muy intensas últimamente. Pero me alegro de contar con tu apoyo... —Podía percibir el enamoramiento de Elisa en sus reacciones físicas y en sus actos. A pesar de que la pureza de su amor nutría sus sentimientos hacia ella, no le quedaba otra opción que manipularla y ocultarle la verdad para no perderla—. ¿Sabes una cosa? Luces muy sexi con ese uniforme. ¿Y si nos distraemos un poco? —Su tono se tornó seductor.

Evan 1. Renacer © [En proceso de edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora