29 - Perseguidos

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—No. No puede ser. ¡No pueden abandonarnos aquí! —negaba James, agitando los brazos con alteración a causa de lo expuesto por Andrea.

—Seguro que hay más supervivientes en otros sitios. ¿Cómo podrían hacer algo tan terrible? ¿Matarían a personas inocentes? —dudó Richard.

—¡Hijos de perra! —bramó Tatiana y exprimió la botella de agua que se había bebido.

—¿Estás segura de eso? —Ethan tampoco podía digerir semejante alegación.

—No bromearía con algo como esto. Yo misma lo escuché en las transmisiones —afirmó Andrea—. Ya han bloqueado las rutas marítimas. El próximo paso es destruir los puentes que conectan con el continente y luego, la isla. En cierto modo, es una última oportunidad para los supervivientes que quedan en Land Heart, pero sin estar informados al respecto.

—¡Joder! —Ethan, mirando a todos, recordó la muerte de su antiguo equipo. Le atormentaba la idea de que se repitiera la misma tragedia—. ¡No permitiré que ninguno muera! Tenemos que llegar al puente principal. Necesitaremos un vehículo para ganar tiempo.

—Mi furgón está afuera —intervino Kurt—. Quizás siga de una pieza. Ahora sí podríamos salir a comprobarlo.

—Es la mejor alternativa que tenemos por el momento. Preparaos, vamos a salir —le indicó Andrea a su grupo.

—¡Yo no quiero salir! ¡Él sigue por ahí! —Simone, expresando temor, se encogió de los pies a la cabeza.

—¿Él? —le preguntó Richard a Frank con discreción.

—El soldado del que hablaba la inspectora. Era un buen tipo, nos ayudó, pero terminó transformándose en uno de esos monstruos —le contó Frank y apretó los labios como signo de pena.

—Simone, escúchame. —Andrea se arrodilló delante de ella y tomó sus manos—. Si te quedas aquí sola, estarás desprotegida. Aún tienes una oportunidad para vivir. Si no quieres hacerlo por ti, hazlo por él. Recuerda que se sacrificó por nosotros.

La chica cedió ante el chantaje emocional y se unió a los demás, aferrándose al brazo del joven Johan, que estaba tan asustado como ella. Con todos listos y expectantes, Tanque abrió la reja de la tienda. Al instante, un muerto se abalanzó sobre él. No obstante, el depredador se convirtió en la víctima cuando el desquiciado agente lo ensartó con los salientes de su escudo. Tatiana salió detrás de su compañero y asesinó a otros dos con su cuchillo, evitando así causar ruidos innecesarios.

Los hostiles que merodeaban por los alrededores empezaron a sentirse atraídos por la carne fresca. Eso obligó a los supervivientes a abandonar la tienda con más brío. Kurt indicó que su furgón debía estar al doblar la esquina. Mientras guiaba la marcha hacia allí, Patrick, un tipo de aspecto misterioso que se ocultaba bajo su gorra, miró hacia arriba al sentir que diminutos trozos de piedra llovieron sobre sus hombros.

—¡Aah! —Un espantoso grito fue lo último que escucharon de Patrick antes de ver cómo una larga pata de características arácnidas penetraba por su boca, atravesaba su nuca y se clavaba en el suelo.

Simone fue la siguiente que gritó con fuerza y otros, igual de horrorizados, también lo hicieron. Boquiabiertos, contemplaron una criatura de rasgos similares a los de la criatura en la que había mutado el agente Alex, pero mucho más grande y terrorífica, posada en el edificio. Todo su antiguo cuerpo humano se había alargado anormalmente y había perdido casi toda la piel. Sus patas eran puntiagudas y conservaba ambos brazos, aunque lejos de las características humanas por su desproporcional longitud. Además, su cara se había deformado y sus dientes habían sido sustituidos por otros más grandes y afilados.

Evan 1. Renacer © [En proceso de edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora