XXII

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Sin embargo, no lo vi venir.

Tal vez debería haberlo hecho, pero no hice.

🐺

Nos dejaron luego de un tiempo.

Los lobos desconocidos. Regresaron al sitio del que habían venido, fuera cual fuera. Pero no antes de llevar a cabo una última reunión secreta.

Ni siquiera tuve la astucia de hacer preguntas, de interesarme en saber quiénes mierda eran.
Me quedé mirando la puerta cerrada. Y me alejé.

🐺

Cuando se marcharon todo estaba silencioso.

Chris y Taylor se pasaban horas y horas en el bosque, moviéndose entre los árboles sin descanso. Cuando no regresaban a casa por la noche, los encontraba en el claro echados sobre sus estómagos cerca la hierba chamuscada, moviendo sus colas al compás de un latido que solo ellos podían escuchar. Clara desaparecía por largos tramos de tiempo, jamás la seguí, jamás descubrí a dónde se iba. Normani se quedaba en el pórtico mientras vigilaba la línea de árboles. Sabía lo que ella buscaba, pero no creía que fuera a suceder.

Simon se había ido.

Y así permanecería gracias a Dinah. Dinah, quien se había pasado los días siguientes al ataque reforzando las barreras que había levantado alrededor de Green Creek. Ahora que volvía a ser una miembro de la manada, tenía acceso a áreas de su magia que antes habían sido bloqueadas. Sentía el tirón de su magia cada vez que ella hacía algo diferente, esa sensación extraña como si estuvieras bajando las escaleras y te saltarás el último escalón.

Lauren se quedaba en la oficina de su padre.

Intenté que todos estuvieran juntos. Me echaba con Taylor y Chris en la hierba, bajo las estrellas. Cuando Clara estaba en la casa, me aseguraba de que se alimentara. Vigilaba junto a Normani desde el pórtico, mientras pasaba mis dedos entre su pelaje. Seguía a Dinah. La observaba mientras murmuraba por lo bajo, atento de que nadie en Green Creek notara los tatuajes que se movían en sus brazos. Dijo que no era necesario, que nadie lo notaría, pero la acompañé de todos modos.

Lauren apenas me hablaba. Ni siquiera en su forma humana, ni siquiera cuando estaba a su lado.

No comprendía por lo que estaba pasando, no sabía lo que Mike le había entregado. No tenía idea de lo que significaba ser una Alfa, todo lo que hacía era tener la esperanza de que pudiera ser suficiente como su lazo. Por supuesto, todo el cortejo se detuvo. No me importó, sabía que había otras cosas en las que debía enfocarse. Cosas más importantes.

🐺

Un día fui a trabajar simplemente para hacer algo diferente.

Dinah no estaba allí. Estaba con Lauren, discutiendo cosas que no se suponía que yo debiera oír. Creo que las fulminé con la mirada, porque me devolvieron el gesto con rostros inexpresivos. También creo que azoté la puerta al salir de la casa. No me sentía orgullosa de ello. Así que, sin ninguna idea mejor de adónde ir, me dirigí al taller.

Me moví lejos de la calle principal. No quería que nadie me detuviera, que intentara hablarme y ofrecerme sus condolencias, porque ya estaba harta de las condolencias. No era de ayuda que estuviera enfadada con Lauren y Dinah, aunque realmente hice el esfuerzo de no estarlo. Pero ellas nunca me habían ocultado nada, al menos no desde que descubrí la existencia de brujas y lobos.

Sin embargo, al ver al taller por primera vez tras un par de días, algo de ese enojo disminuyó y la tristeza mitigó. Pensé que tal vez esto podria ser un escape, al menos por un tiempo.

Running With The Wolves (Lauren Jauregui y tú)Where stories live. Discover now