XXXII

160 15 0
                                    

Fui al taller por la tarde para que Sofi y Ally pudieran ir a casa dormir un poco. Parpadearon ligeramente antes de bostezar y dirigirse hacia el coche, donde Clara las esperaba para llevarlas. Me detuvo antes de que saliera del automóvil, con una mano sobre mi hombro.

-Lo que sea que decidas, asegúrate de que sea la elección correcta para ti.

Camila me saludó con un asentamiento.

-Dinah está en la oficina -me avisó en voz baja mientras ingresaba al garaje-. ¿Es raro sorprenderse cada vez que la veamos aquí de nuevo?

-Nos acostumbraremos, no es que vaya a irse a ninguna parte -me encogí de hombros. Ella soltó una carcajada.

Eso es lo que yo hubiera dicho hace tres años. Y dolió porque decía la verdad, yo también hubiera dicho lo mismo y no sabía si podría confiar en mis propias palabras.

Dinah estaba sentada detrás de su escritorio, tecleando con su dedo índice mientras fruncía el ceño a la pantalla de la computadora.

-¿Qué es esto? -gruñó-. Nada de esto tiene sentido.

-Tuvimos que cambiarnos a un nuevo sistema mientras no estabas. El anterior estaba desactualizado.

-No lo estaba, funcionaba bien para lo que lo usaba.

-No lo usabas.

-¿Y esto va a ser algo ahora? -me miró fijo.

-Probablemente -respondí con soltura.

-¿Por cuánto tiempo?

-Por el tiempo que crea necesario.

-Malditas Alfas -murmuró y frunció el ceño al monitor.

-¿Estás bien aquí?

-De maravilla -agregó con sarcasmo-. Solo me sentaré aquí e intentaré descifrar cómo usar algo que ni siquiera necesitamos.

-Eres un grano en el culo -le dije mientras salía al piso del taller.

🐺

Camila estaba en lo cierto: era extraño verla aquí.

Ver como se inclinaba contra la puerta de la oficina, con sus brazos cruzados sobre sus pechos mientras escuchaba a Camila cantar sus canciones en español.

Escucharla gruñir al teléfono a algún proveedor, diciéndoles que estaban condenadamente fuera de sí mismos si creían que iba a pagarles tanto, que tenía un negocio del cual encargarse y que podría ir a otro lugar.

Sentir su mano en la parte trasera de mi cuello, presionando cada vez que caminaba a mi lado. Era extraño. Bueno, pero extraño.

🐺

-¿Quieres que te lleve? -preguntó cuando cerrábamos el taller. Despedíamos a Camila con la mano mientras se marchaba en su viejo Corolla.

Eran solo las tres, pero estábamos lentas hoy. Negué con la cabeza.

-¿Te está esperando?

-Probablemente.

-¿Vas a arreglar las cosas?

-¿Por qué?

-Por qué, ¿qué?

-¿Por qué te importa?

-Claro -se burló-, ¡por qué mierda me importaría! Me pregunto, ¿por qué mierda me importas tú y Lauren y sus patrañas? Eh, no lo sé, ___.

-Es bueno ver que algunas cosas no cambiaron.

Running With The Wolves (Lauren Jauregui y tú)Where stories live. Discover now