Como el aire... PRAPAIxSKY [KINNPORSCHE LITA] TERMINADA

Eres Su Juguete Ahora

El inicio de todo fue, como con muchas cosas en mi vida, la muerte de mi mamá. Su muerte fue como una avalancha que provocó tantas consecuencias inesperadas. Mi papá, por ejemplo, no pudo soportar la muerte de mi mamá. Aunque yo también estaba derrumbándome y era un niño, tuve que aguantar frente a él, porque sabía que papá no iba a poder encargarse de mí, tener otra carga encima. Lo esperé, esperé que él se levantara del suelo para poder apoyarme en él. Pero cuando él volvió en sí y pudo volver a ser mi papá, yo no encontré el dolor que había escondido.

Papá se sentía culpable, podía verlo en su rostro y aunque yo nunca le reclamé, trató de recompensarme de mil maneras. Una de ellas fue enviarme a Bangkok para tener una mejor educación. Como eso lo iba a hacer sentir menos culpable, me fui de buen modo. Creí que el mundo inmenso de la ciudad iba a llenar mi mente y mi interior, pero solo reflejaba todo lo que yo no tenía. La ciudad me drenaba, cada cosa que había tenido, cada sentimiento malo o bueno. Todo se lo llevó la ciudad. Y cuando menos lo pensé estaba en un bar llenando con licor el vacío en mi pecho.

Aunque tenía quince años, salía con mis compañeros del colegio. Ellos sabían de bares en donde no nos ponían problemas. Yo le pedía dinero a mi papá, sabiendo que él no me negaría nada, y ellos incluso robaban a sus familias para salir a beber. Pasábamos días enteros de bar en bar y cuando no podíamos ir a otra parte nos encerrábamos en mi casa. Mis compañeros hablaban de mujeres y fue entonces cuando me di cuenta de que no me gustaban las mujeres. Ellos veían videos en mi casa y a mí no me llamaban la atención.

Creo que fue antes de cumplir los dieciséis, como un mes antes. Pet, uno de los compañeros con los que salíamos. Me había estado gustado en secreto por semanas y esa noche… intenté besarlo en frente de mis otros dos compañeros. Los tres comenzaron a golpearme. El dueño del bar nos sacó y mis compañeros no tuvieron nadie más que los detuviera. Siguieron golpeándome y yo solo me encogí en el suelo, hasta que se detuvieron.

Cuando miré a mi alrededor vi que alguien los había ahuyentado. Era un hombre, un adulto, guapo y fuerte.

— ¿Estás bien, Nong?

— Phi… ayuda.

Era P'Gun. Me llevó a mi casa y limpió mis heridas. Se quedó esa noche en mi casa y al día siguiente me regañó.

— No puedes andar por ahí de bar en bar. Tienes que estudiar. No todos tienen ese privilegio. ¿No crees que tus padres estarían decepcionados?

A partir de ese día, P'Gun se volvió mi ángel de la guardia. Gracias a él volví al colegio y mejoré mis notas, comencé a aprender de verdad y a tomarle cariño a materias que antes odiaba. Incluso los profesores me felicitaron.

Mi gusto por él fue instantáneo, por supuesto. Sabía que era ocho años mayor que yo, pero no me importaba, porque lo único que yo quería era estar cerca de P'Gun de cualquier forma. Creí que iba a tener que hacer un mayor trabajo para convencerlo, pero Phi llegó solo a mí. Cuando él cumplió 24, llegó a mi casa. Olía a alcohol, pero no parecía borracho. Me abrazó.

— No me dejes, N'Sky — dijo —. Me voy a tirar de un edificio si te consigues a alguien más.

— Phi… — estaba asustado.

No me dejó hablar porque me besó de inmediato. Su boca sabía a cigarrillo, pero ese sabor desapareció rápido. Me pidió algo y no me rehusé. La primera quemadura intenté resistirla, pero comencé a llorar y le pedí que se detuviera.

— ¿No me puedes dar solo esto, Sky? ¿No recuerdas todo lo que he hecho por ti?

No pude decirle que no después de eso, porque era cierto. Le debía mi vida. Él fue tan tierno al día siguiente. Me llevó el desayuno, fuimos a cine. Yo sabía que el dinero casi no le alcanzaba, era un gran gasto de su parte.