Como el aire... PRAPAIxSKY [KINNPORSCHE LITA] TERMINADA

Me Quieres [Final]

Moví lentamente el brazo y toqué la bolsa de boxeo. Miré a khun Porsche, que claramente estaba harto de mí. Khun Pete se acercó, arrastraba los pies, él también estaba harto de mí. Tomó mi puño y me lo mostró.

— ¿Qué está mal aquí? — preguntó.

— Amm — miré mi puño —. ¿Nada?

— ¡Tienes el pulgar entre los dedos! ¡Otra vez! ¡Tiene que estar por fuera! ¡Te vas a romper el dedo si golpeas a alguien así! — me advirtió khun Pete.

— Yo digo que le enseñemos Taekwondo — dijo khun Porsche.

— Yo digo que es problema de la familia principal. ¿Por qué no le enseña Kinn o Kim? ¿Ah? — khun Pete se alejó de mí.

— No hay necesidad de que aprendas a pelear — me dijo khun Porsche, golpeando mi hombro.

— Pero yo quiero, Pa.

— Creo que alguien como Kim podría ser un buen maestro para ti — dijo mi suegro —. La otra vez lo escuché diciendo que tenías una buena puntería.

— No voy a dejar que khun Kim me golpee de nuevo — susurré.

Nadie tomó mi opinión en cuenta y llamaron a khun Kim, rogué que dijera que no o que estuviera lejos u ocupado, pero ese hombre dijo que sí, que estaba en la casa y que ya venía. Me abracé a la bolsa de boxeo y me quejé en voz baja. No quería que me enseñara alguien al que le caía mal. Tal vez si llamaba a P'Pai él me salvaría, pero no quería ser débil, quería que me viera ser fuerte y valiente.

— Ah, ahí estás — khun Kim se acercó a mí.

Khun Pete y pa Porsche se veían como si se hubieran librado de un problema. Con khun Kim había llegado khun Kinn, que le hablaba a pa Porsche en voz baja y khun Pete se alejó dos pasos. Tuve curiosidad de saber de qué se hablaban.

— Si no te sueltas, no vas a aprender — me dijo khun Kim, tomando uno de mis brazos.

— Sigo débil del disparo — dije y me aferré más a la bolsa de boxeo.

— Mentiroso.

Los dedos de khun Kim se me clavaron en el brazo y después de una lucha de voluntades, fui yo el que perdió y caí al suelo. Miré a pa Porsche pero el subió los hombros. Yo ya no era su problema. Khun Kim me puso a hacer cualquier cosa menos darle a una bolsa, tuve que correr, saltar, alzar peso... Antes pa Porsche había dicho que no iba a hacer nada de eso todavía.

— Usted no me cae bien — le dije y me boté al suelo.

Habían sido casi dos horas de más ejercicio del que había hecho jamás. Khun Kim había dado por terminada la rutina y dijo que el día siguiente íbamos a continuar. Sentía que me iba a derretir por todo el esfuerzo, pero la cicatriz de la bala no me dolía. Khun Kim se sentó en el suelo y veía a khun Pete entrenando con uno de los otros guardias.

— Yo te respeto. Cuando Pai te trajo no, pero... En la casa de Parisi... Se notó que eres de esas personas que no se quiebran con tortura. Respeto eso.

¿Era un cumplido? Si lo era, era el cumplido más extraño que me habían dado en la vida. Asentí, porque no supe qué más hacer y me senté a ver a khun Pete luchar. Era bueno.

— Wow — dije cuando lanzó un golpe hacia arriba en la quijada de su contrincante.

— Pete era jefe de guardias de mi hermano Tankhun — dijo Khun Kim.

— ¿De verdad?

— Porsche fue guardaespaldas de Kinn. En esta familia les gustan las personas que recibirían una bala por ellos — bromeó khun Kim.