Como el aire... PRAPAIxSKY [KINNPORSCHE LITA] TERMINADA

Hazlo Tú [+18]

El viento soplaba con fuerza y pasaba por las copas de los árboles. Me giré en el pasto, P'Pai dormía en el césped, boca arriba, con los brazos cruzados detrás de su cabeza. De esa manera se le flexionaban los bíceps y podía ver los músculos que usualmente escondían sus trajes. Acerqué mi rostro a su brazo, abrí la boca y lo mordí.

— Au — se quejó P'Pai.

Mordí su brazo de nuevo.

— ¿N'Sky tiene hambre? — preguntó, abriendo un poco los ojos.

— No. Me aburro.

— No podemos jugar, tu papá está en la casa.

— Siempre piensas mal.

— No estoy pensando mal, estoy pensando muy bien — P'Pai se giró y pasó su mano por mi cintura —. ¿Quieres ver una película o dibujar algo? ¿Me haces un retrato?

— Yo dibujo edificios, no personas.

Repasé con mi dedo la línea de la mandíbula de P'Pai. "Bonito", pensé. Pasé a sus labios. Los pómulos, la nariz, las cejas. "Bonito", pensé de nuevo. P'Pai besó mi mejilla varias veces.

— Namtan nos va a ver.

— Son sólo besos, no estamos haciendo un bebé.

— ¡P'Pai!

Namtan estaba subida en un árbol. Decía que le daba más seguridad estar arriba. De todas maneras, otros dos guardaespaldas estaban todo el tiempo vigilando las afueras de la casa. Llevábamos cinco días en mi casa, con mi papá, en mi pueblo, haciendo nada. Aunque yo le había pedido que no me contara, P'Pai me contó que además de los tres guardaespaldas que estaban cerca, había otros tres ubicados en diferentes locaciones, viendo siempre si algo extraño sucedía.

El celular de P'Pai vibró y el contestó de inmediato.

— Hola, Pa.

— ¡¿Cuándo vas a volver?! — era khun Kinn.

P'Pai estaba tan cerca de mí, técnicamente encima. Podía escuchar fuerte y claro la voz de su papá.

— Hoy no — P'Pai sonrió y besó mis labios.

— ¡Le voy a ordenar a los guardaespaldas que te traigan!

— Puedo escapar de ellos — P'Pai volvió a besarme, pero con más insistencia esta vez.

Le devolví el beso y pase mi mano detrás de su nuca. Mi corazón comenzó a latir con fuerza. P'Pai dejó el celular a un lado y se acomodó sobre mí. Su cuerpo se movía, balanceándose sobre el mío. Phi beso mi cuello y dejé salir un jadeo.

— ¡Pai! ¿Pai? — gritó alguien en el celular.

P'Pai detuvo sus besos. Tomó el celular.

— ¿Sigues ahí? Papá, estoy ocupado. Te quiero. Bye.

Esta vez Phi se aseguró de cortar la llamada y volvió a mí.

— ¿Dónde estábamos?

— Eres una mala influencia. Aquí todos nos pueden ver — lo empujé y me levanté del suelo.

— ¿No te gustaría hacerlo en público alguna vez? — preguntó, sonriendo y me alzó las cejas.

— ¡Estás loco!

Caminé al interior de la casa. Papá estaba dormido, sentado en su sillón favorito y el televisor estaba encendido, pasaban alguna película. Busqué mi billetera y mis llaves. P'Pai era un peligro andante. Salí de la casa. Phi hablaba con Namtan.

— ...de estén. Y que le diga a Venice que no es necesario durante el día. Probablemente si lo busca, intente ir en la noche.

— Sí, señor.