Capítulo 6

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Cuando bajó del metro esa tarde, los nervios volvían a invadirle. No sabía qué esperar de aquel fin de semana. Por una parte, tenía ganas de verla, pero otra parte no sabía ni por dónde empezar la conversación que sabía que le debía a la morena.

-Te escucho pensar desde aquí.- Escuchó la voz de Nael a su lado.

-No sé cómo va a estar Natalia conmigo.- Suspiró. No se la había conseguido sacar de la cabeza en toda la semana.

-Bueno, se le pasará.- Pasó su brazo por los hombros de la rubia.- Es tu mejor amiga, os conocéis desde siempre. Lo raro es que sea vuestra primera discusión fuerte.

-Ya, no sé. Es que... Es Nat.- Fue toda la explicación que supo y pudo darle.

La mencionada, por su parte, había estado a punto de no aparecer por allí. Si ya le apetecía poco ver a Alba, saber que iba a ir con aquel chico, no le ayudaba en absoluto.

-¿Entonces se acostó contigo cuando ya estaba con este?- Abrió mucho los ojos María.

-¿Te quieres callar que estamos llegando?- Bufó.- No quiero que se entere nadie, ¿vale?

-Oye, pero, ¿entonces el enfado por qué fue exactamente?

-Me dijo que si lo que realmente me jodía era que se hubiera acostado con ambos, o si que con él llegó a significar algo y conmigo no.- Apartó la mirada al suelo tras decir aquello.

-¿Te dijo eso?- María, que aún se creía que aquellas dos hubieran discutido, flipó aún más.- Joder con el piojo.

-El piojo está llegando y nosotras también, así que cierra la boca.

-¿Dónde la ves?- Frunció el ceño la otra, mirando hacia todas partes.

-No la he visto.- Se encogió de hombros.

-¿Y cómo sabes que...?- Se quedó callada cuando, efectivamente, vio a Alba con un chico alto doblando la esquina.- Yo flipo.- Musitó.

-No sé de qué te sorprendes a estas alturas, Mari.- Rodó los ojos.

Flashback.

-¿Pero por qué corremos?- Se quejó María en cuanto salieron de clase.

-Porque a Alba le ha pasado algo.- Se apresuró la morena.

-¿El qué?

-No lo sé, María. No la he visto desde esta mañana.- Respondió obvia.

-¿Y cómo sabes que le pasa algo?- Gesticuló de forma exagerada, aminorando el paso.- Yo paso de correr, si ni siquiera sabes si le pasa algo o no.

-María.- Se detuvo por unos segundos y dio media vuelta para mirarla.- Tú sabes que las madres tienen como un sexto sentido, ¿no?- Esperó a que su amiga asintiese.- Pues a Alba y a mí nos pasa exactamente lo mismo. Si yo estoy mal, ella lo sabe. Si a ella le pasa algo, yo lo sé.- Afirmó convencida.

María, hasta que no llegaron donde estaba Alba, no se lo quiso creer. Pero en cuanto se la encontraron al borde del llanto en la cafetería, supo que la morena tenía razón.

Y cuando semanas después estaban esperando a Natalia en un bar y Alba adivinó que estaba a punto de entrar, lo pudo confirmar una vez más.

Fin del flashback.

-¿Cómo nos repartimos?- Fue Marta la primera que habló. NInguno se atrevía a hablar, pues se podía notar la tensión que había en el ambiente.

-Yo voy en el de la Mari con Marina. Llevamos nosotras todas las mochilas y así en los demás coches no vais apretujados.

Confesiones de invierno.// AlbaliaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora