Capítulo 14

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Habían pasado dos semanas en las que, cuando quedaban con sus amigos, habían cogido la mala costumbre de ni siquiera mirarse. Ninguno había dicho nada, por lo que Alba pensaba que todo estaba tranquilo. Natalia, además, no había vuelto a decirle nada de querer decirlo al grupo. Sin embargo, la morena cada vez estaba más quemada de que sus quedadas se basaran en quedarse en casa de la rubia. No siempre terminaban acostándose, pero antes hacían más cosas juntas, como ir al cine a ver cualquier película, o ir a cenar o a comer juntas. Pero ya ni siquiera quedaban por la mañanas en la cafetería de la universidad.

Marta, Julia, Sabela y los demás, por su parte, simplemente pensaban que a raíz de las últimas discusiones que habían tenido delante de ellos, se habían distanciado un poco, y que sería cuestión de tiempo que volvieran a lo de antes.

-¿Cómo vais con los exámenes?- Tras la pregunta de Joan, todos se empezaron a quejar. Quedaba un mes y medio, pero ya estaban agobiados.- Vale, vale, perdón.- Se rió el chico cuando todos se empezaron a meter con él.

-Mira quién viene por ahí.- Sonrió divertida Julia al ver a Miriam, que iba a directa hacia la mesa de la cafetería en la que estaban sentadas.

-Madre mía, qué pesada es.- Bufó Alba sin poder evitarlo, que siempre que aparecía en busca de Natalia no podía quejarse como querría.

-Mujer, déjala que lo intente, la pobre.- Se rió Marta.- ¿Por qué no le das una oportunidad, Nati? Desde que lo dejaste con Alicia no has vuelto a tener nada con nadie.

-Yo... No... No me apetece.- Musitó algo nerviosa.

-Uy, esta tiene a alguien ya por ahí.- Afirmó más que preguntó Carlos.

-Que no es eso...

-Pues dale una oportunidad, mujer.- La incitó entonces María, sonriendo divertida y ganándose una patada por parte de Alba.

-Dejadla en paz, anda.- Intervino Alba justo cuando la otra llegaba.

-Hola, Nat.- Saludó Miriam, colocando su mano sobre el hombro de la mencionada.

-Hola, Miriam.- La saludó con una sonrisa, mirando de reojo a Alba, que tenía la mandíbula apretada.

-¿Tienes algo este finde? Vamos a salir algunos amigos a un local que hay cerca de mi casa y he pensado que igual te apetece venir.

-Claro que va.- Se entrometió Julia.- Allí estará.

-Habíamos quedado nosotros.- Musitó Alba, que no le estaba gustando nada aquella situación.

-Pero no pasa nada, mujer.- Intervino también Marta.- Se lo perdonamos si es por una buena causa.

-Pues a las ocho quedamos en mi casa, y así me ayudas para ver qué me pongo.- Se despidió con un beso en la mejilla, yendo a la mesa donde estaba su grupo de amigos.

Se quedaron por unos segundos en silencio, viendo la reacción de Natalia, que lejos de ser de una persona emocionada, estaba bastante seria. No le importaba salir con Miriam y sus amigos, se llevaba bien con ellos, pero la situación no era la mejor como para salir con ellos. No, por lo menos, sabiendo que Alba se empezaría a rayar.

-Chica, alegra esa cara.- Rompió el silencio María.

-Ya, bueno.- Sonrió de lado, mirando por unos segundos a Alba. Si alguien podía parar aquella situación, era ella, pues era la que aún no quería contar lo que estaba pasando entre ellas.

-Seguro que te lo pasas súper bien.- Dijo sin embargo, haciendo que Natalia asintiera levemente.

-Claro, sí.- Musitó.

Confesiones de invierno.// AlbaliaWhere stories live. Discover now