Capítulo 12

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Estaban en el bar que había al lado de la universidad. Habían salido pronto de clase y, aprovechando que era viernes, decidieron tomarse algo antes de irse cada uno a su casa. Alba y Natalia, que de costumbre se sentaban juntas, se habían puesto cada una en una punta.

Pero las miraditas no se las quitaba nadie.

-¿Qué tal fue la clase particular con Miriam?- Preguntó María, que al no estar al tanto de la nueva situación, quiso ver si la rubia se ponía celosa.

-Pues sin más.- Se encogió Natalia de hombros, como si la cosa no fuera con ella. Aunque Alba, que ya la conocía, supo ver los nervios que se apoderaron de ella.

-¿Sin más?- Sonrió divertida la otra.

-¿Quién es Miriam?- Preguntó Sabela, algo perdida en la conversación.

-Una de su clase, que va detrás de ella desde el primer día.- Respondió Julia, que sí que la había visto alguna que otra vez con la morena.

-No va detrás de mí, no inventes.- Rodó los ojos.- La chica es maja conmigo, ya está.

-Natalia, te metió cuello la última vez que salimos con los de clase.- Respondió obvia María.

-¿Qué dices?- Se interesó entonces Marta.- ¿Y el otro día no intentó nada contigo? ¿Os liasteis?

-Eso, Nat.- Alzó una ceja Alba.- ¿Hubo algo que tengamos que saber?- Se cruzó de brazos, echando su cuerpo un poco hacia atrás hasta chocar contra el respaldo de la silla. Natalia alzó una ceja, ¿de verdad quería vacilarla?

-Bueno, pues ya que os interesa tanto, sí.- Miró fijamente a la rubia, que apretó la mandíbula.- Nos lo montamos en el baño de su casa porque su hermana estaba en casa.

-¿En serio?- Se interesó María.- ¿Y no os pilló?

-No, no, le tuve que tapar la boca para que no se le escuchara. Pero no nos pilló.- Alba, que había estado conteniendo el aire, suspiró aliviada al saber que lo único que había querido era picarla, pues había descrito la última vez que la había tocado a ella.

-¿Y después de eso nada más?

-No, no, no me interesa.- Hizo una mueca.- Paso de algo serio ahora mismo.

-¿Y tú cómo vas con lo de Nael?- Curioseó Julia.- ¿Has hablado con él?

-Alguna que otra vez hemos hablado, para ver qué tal va el otro. Pero nada más. Sabemos que aún es pronto para intentar ser amigos.- Se encogió de hombros.- Pero lo llevo bien.

-¿Ninguna novedad entonces?- Quiso, una vez más María, saber si había algún avance con aquellas dos.

-Por mi parte no.- Contestaron las dos a la vez.

Se fueron pasadas las ocho de la tarde. Natalia, que había echado de menos el contacto con Alba, no dudó en acercarse a ella cuando se levantaron.

-Nat, ahora no.- Musitó, mirando al resto por unos segundos.- ¿Te vienes a casa a cenar y a dormir?

-Claro, sí.- Suspiró, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones.

Una vez en el ascensor, Alba se acercó a Natalia, besándola con todas las ganas acumuladas. Cuando entraron, Marina estaba en el sofá, pero como ya estaba al tanto de la situación, a la rubia no le importó en absoluto estar pegada a Natalia cuando se sentaron también el sofá.

-Hola, cuñi.

-Hola, mini Reche.- Sonrió.

-¿Cuándo vas a dejar de llamarme así?- Rodó los ojos.

Confesiones de invierno.// AlbaliaOnde histórias criam vida. Descubra agora