Capítulo 13

27 2 0
                                    

Marí y yo estábamos en un restaurante de comida rápida, afuera estaba Cayendo un chubasco tremendo; nuestro encuentro había sido muy bonito, la extrañé demasiado, no había otra persona en el mundo que me entendiera más que Marí, en ella depositaba toda mi confianza y mi cariño, porque hasta ahora no había conocido a nadie que se iguale a ella.

Mis papas ya se habían terminado, así que proseguí a devorar las papas de Marí ya que ella solía comer muy lento.

Miré por la ventana, el agua parecía no cesar y ya se estaba haciendo muy tarde.

— Aún no puedo creer que hayas ido a Europa..—Dijo, con la boca llena de comida.

— Yo tampoco puedo creerlo... —Hice una pausa para tomar de mi refresco, y organizar mis ideas, Marí aparte de ser mi mejor amiga también era mi terapeuta o mi consejera profesional, y no había otra persona con quien tuviera esa confianza de decirle todo lo que pienso y todo lo que siento o llegué a sentir en su momento.— Ahora que, de cierta manera he cumplido mi sueño, ahora no sé qué es lo que quiero, qué es lo que debería hacer con mi vida ahora? No tengo ni pies ni cabeza.

— Lo primero en tu lista de cosas sería casarte. — Marí levantó su mano mostrando el anillo de compromiso que Alexandré me había dado, yo misma me había sacado el anillo para ponérselo.— Aunque no lo sé, es muy rápido para casarte, no lo conoces lo suficiente, y además estás en tus 20's, aún sigues siendo prácticamente una adolescente que eventualmente se convertirá en una adulta Joven, pero por otro lado, esta es una gran oportunidad, que vivas en Europa, que tal vez estudies en alguna universidad europea, allá hay muchísimas más opciones de carreras que aquí, y podrías encontrar algo que te guste, además podrías trabajar y ganar en euros que podrías ahorrar y luego comprarle una casa a tu mamá aquí, seguro con eso te va a volver a querer.

— Ya acepté el anillo así que no hay vuelta atrás, además, Alexandré es un buen hombre, algo intenso pero no en el mal sentido. — Estos días lejos de Alexandré me habían hecho extrañar su voz, su presencia, su compañía, tenerlo cerca, me había dado cuenta que a distancia no era lo mismo, era como volver al inicio, pero ya que lo conocía personalmente sabía lo que Alexandré llegaba a ser.

— Cuando hablas de él siempre es para quejarte, dime como realmente es, tengo curiosidad.

— Alexandré es amable, es interesante, siempre tiene un tema de conversación, es muy detallista y muy romántico también, proyecta una imagen de sí mismo como una persona que siempre luce amable y educada. Es lo más objetivo que puedo decirte de él.

— Pues no suena como alguien de tu tipo. —Comentó, quitándose el anillo de compromiso y luego devolviendo a su dueña.

— Ni si quiera tengo un tipo de hombre, puedo decir que nunca me he enamorado de nadie, es frustrante porque quisiera sentir tantas cosas, así como hacen las personas enamoradas, como en las películas, pero simplemente no siento amor por nadie, como si estuviera vacía sin nada que dar.

—No digas eso, tú tienes mucho amor para dar, a lo mejor no te das cuenta de eso porque crees que el amor se debe sentir intensamente como en las novelas turcas que a tu mamá le gustan, pero el amor no es intenso, y las personas que tienen un amor intenso probablemente estén en una tóxica relación. El amor es paz, estabilidad, un espacio seguro compartido en el que ambos puedan comunicarse y estar juntos porque quieren y no porque se necesitan. Tienes que darle una oportunidad a ese hombre, y si no funciona para eso está el divorcio ¿no?

Habían tantas cosas que había omitido por el momento, como que la familia de Alexandré era una familia muy adinerada, y que probablemente no les agrade porque no estoy a su nivel, pero viendo el otro lado, podría tener mi vida soñada junto a él, la que siempre he anhelado desde niña, tener una vida sin preocupaciones económicas.

— Alexandré es tan linda persona, si yo pudiera ser alguien, elegiría ser él, tiene su vida en orden, no como yo que ni si quiera sé qué quiero para mi vida; a lo mejor él me ayuda a poner mi vida en orden, me da miedo no tener un propósito, todos necesitamos un propósito en esta vida, sentir que pertenecemos a algo o que haremos un cambio importante en el mundo, que cambiaremos vidas, y yo no tengo nada de eso, estoy perdida.

— A lo mejor él es tu propósito.

— No quiero que un hombre sea el único propósito de mi vida, pero no sé si hay algo más para mí, mi mamá tiene razón cuando dice que  soy un gusano en la sociedad, yo existo por existir y es como si todo estuviera mal conmigo.

— No escuches a tu mamá, ella no quiere que pienses por ti misma, siempre ha sido muy estricta contigo, por eso nunca me ha caído bien la señora. Estamos muy jóvenes para decidir en lo que vamos a convertirnos, pero así es nuestra sociedad, si no estas en un determinado grupo, todos van a poner la mayor presión en ti, juzgando en silencio; yo estoy estudiando una carrera que ni si quiera me gusta, y entiendo porqué dejaste la universidad, pero para mí es demasiado tarde, siento que estoy muy joven para decidir a qué me voy a dedicar el resto de mi vida, pero tampoco quiero echar a la basura todo el tiempo y dinero que ya he invertido, la vida no es justa.

— La vida solo es hermosa cuando obtienes lo que quieres; es por eso que, si Alexandré está en mi camino debe ser por algo ¿no? He pensado mucho en esto, y es que a lo mejor Alexandré es mi elevador, a lo mejor puede llevarme a un propósito más allá que aún no he podido ver, la vida tiene una infinidad de oportunidades y caminos, habrá un camino que me guíe al verdadero propósito.

— Yo pienso que debes de dejar de pensar tanto y solo dejar que las cosas pasen, debes fluir y dejar de atormentarte. Estaré triste cuando te cases porque no estaré ahí contigo, y porque te veré pocas veces después que te vayas, pero nada cambiará entre nosotras ¿si? Yo estaré para ti, tu estarás para mí, como siempre ha sido.

— A mí me da miedo estar con un hombre, vivir con un hombre, y tener a un hombre  exigiendo todo de mí en todo momento, es exhaustivo de solo pensarlo.

— Los hombres son solo personas Salomé, no son el diablo ni son seres de otro mundo, son solo personas, son simples y ordinarios, debes dejar de evitar a los hombres, ellos no te van a evitar a ti, siempre estarán a tu alrededor.

—Pues sí, tienes razón. — Marí ya había terminado de comer, pero aún seguía lloviendo como si no hubiese un mañana y ambas estábamos atrapadas en ese lugar por culpa de la lluvia.

— Tienes una gran oportunidad en tus manos, sácale el mejor provecho, sé que no es como hubieses imaginado, pero no es tan malo, si solo te concentras en lo negativo nunca podrás alcanzar tus objetivos.

— Voy a dejar mi país, mis familia, a ti y a todo lo que conozco, eso me da miedo, porque allá no tengo a nadie, solo a él.

— No necesitas a nadie si te tienes a ti misma; sé que será difícil para ti adaptarte, pero esto es lo que siempre quisiste, siempre quisiste salir de este país y conocer otros países y culturas, y lo has cumplido, pero el mundo es muy grande y aun te falta mucho por conocer, por más miedo que tengas debes arriesgarte, y si no funciona siempre tendrás tu casa, tu familia, a mí, pero sobretodo, siempre te tendrás a ti misma, y eres lo único que necesitas.

Siempre me tendré a mí misma. Es terrorífico solo imaginar que solo me tendré a mí misma, solo contaré conmigo misma si algo sale mal, eso quiere decir que estoy sola, no cuento con nadie más que conmigo, y no sé si pueda aceptarlo.

No quiero ser una persona que va sola por la vida, que no cuenta con nadie, no tener a alguien se preocupe por mí, que me quiera, que me guíe y me dé buenos consejos, es horrible de tan solo pensarlo.

The million dollar manWhere stories live. Discover now