Capítulo 43

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Luego mas tarde vuelvo a encontrarme con Alexandré, se sintió tan extraño, tan irreal, de verdad amo a este hombre, y él me ama a mí, estoy segura de eso, entonces porqué, si nos amamos tanto, ¿Porqué tengo la sensación de que lo nuestro no funciona?

Tampoco me quedo atrás, ¿Porqué soy tan ambiciosa? Tengo lo que todas las chicas quieren, lo que en el pasado deseaba tener, ahora lo tengo, pero aún así, no es suficiente. Tengo un esposo maravilloso que me adora, soy hermosa, y tengo más dinero del que puedo contar, aún así no soy feliz; ya no tengo idea de lo que ser feliz significa, era más feliz idealizando la vida que vivirla, no consigo comprenderme.

- Ah, ya volviste, justo a tiempo. - Alexandré había entrado a escena, se veía un poco mal, un poco enfermo. Hay algo extraño en él, pero no logro descifrar qué es, me preocupa bastante.

- ¡Te vez terrible! ¿Qué hacías fuera con este terrible clima? - Comentó François.- Tuviste suerte de no encontrar un Oso.. - Alexandré pasó de largo ignorando completamente a François.

- Salomé, acompáñame. - Cruzo mirada cómplice con François, podía sentir aquella vibra pesada en el ambiente que me hacía sentir aún más incómoda, no le di muchas vueltas, y salí detrás de él.

Ya en nuestro cuarto, él se encontraba en silencio mientras buscaba en el armario ropa limpia que ponerse para más tarde.
Estaba cómoda en el sillón, esperando a que él rompiera el silencio. No tenía idea de porqué estaba enojado, y puede que tampoco haya una razón, sus cambios de humor tan repentinos ya era algo normal para mí. Aprendí a tratarlo con indiferencia siempre y cuando no sea irrespetuoso conmigo, si le era indiferente, él solo se calmaba y cuando estuviera listo expresaba lo que sentía.

— Me molesta verte tan cerca de él, lo sabes, ¿ Acaso lo haces a propósito para molestarme? — Ay, ya empezó el señor dramático, ni si quiera me molesté en contestarle, no valía la pena.— No te quedes callada cuando te hablo, maldición.

— Sí, mamá. — Dije, tratando de reírme de la situación, no le iba a dar el gusto de iniciar una discusión, si quería discutir, que lo hiciera con él mismo. Él en cambio, me lanzó una mirada amenazante que me recordaba a esas miradas que me lanzaba mi mamá cuando decía algo que no debía en frente de las personas. — Solo soy amable, Alexandré, ya para por favor, no quiero discutir contigo, mejor dime, ¿ya te sientes mejor?

— Me molesta que seas tan amable. — también le molesta cuando me preocupo por otras personas, era como si le molestara que mi vida entera no gire en torno a él.

— Deberías aprender de mí, ser una persona rencorosa no te va a traer nada bueno, en cambio yo, soy amable y me gano la confianza de las personas rápidamente. — si fuera menos condescendiente, se ganaría la confianza de sus hermanos, por ende, podría llegar a ellos y ganar poder poco a poco utilizando la astucia y la inteligencia, pero Alexandré es un hombre totalmente sentimental, sus sentimientos lo mantienen alejado del puesto de CEO.

— Ha! ¿Qué ganaría con eso, gustarle a mis hermanos? Además, mi odio esta totalmente justificado, lo sabes. — Me tomé un momento para analizarlo detenidamente, a pesar de estar dándome la espalda, podía sentir sus celos injustificados, que hombre tan inseguro.

— No sé nada de negocios, pero, puede que tengas una oportunidad de convencer a François de ceder sus acciones. No sé que esta pasando en su vida pero esta teniendo una crisis existencial o algo así, no lo sé, podrías convencerlo de alguna manera. Él está planeando mandar todo al carajo e irse a Sudáfrica, si lo que dice es verdad, tienes una oportunidad, lo sabrías si fueras amable y cercano a tu hermano.

— Que se vaya a Sudáfrica no significa que esté dispuesto a ceder sus acciones, además, su madre no lo permitiría de todas maneras. — con esto pude desviar el tema hacia François y hacer que él se mostrara más interesado, aunque aún se veía algo molesto.

The million dollar manWhere stories live. Discover now