Capítulo 23

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Llegar a casa fue como un castigo, lo presiento, sé muy bien que se aproxima algo grande, lo podía sentir.

Se que debíamos tener esa conversación, a pesar de que tal vez sea una conversación incómoda, o tal vez no, sé que tenía que enfrentar esto si quiero seguir adelante, pero necesitaba saber la verdad, no lo sé, no estaba segura de si Alexandré esta listo para decirme la verdad, el porqué de lo sucedido.

Al llegar a casa no encontré a nadie al primer instante, pero puedo sentir su presencia, lo podía oler a kilómetros por ese exquisito perfume que suele usar, él estaba aquí.
Dejé mis cosas en la habitación esperando encontrarlo ahí para enfrentarlo, pero ahí no estaba, luego me di cuenta que estaba aguantando la respiración por unos segundos, estaba nerviosa, algo furiosa también, después supe que estaba en el baño por el ruido que hacía al afeitarse; con una mano en el corazón y otra en el pomo de la puerta, pero no, me detuve, no era buena idea tener esa conversación encerrados en el baño, simplemente se podría perder el punto en algún momento, me alejé de ahí, y decidí esperarlo sentada en la cama.

Luego de un rato, él salió del baño, traía puesta solo la bata de baño, creo que se asustó al verme porque tiene una cara de pocos amigos, falta de sexo quizás.

Yo soy la ofendida aquí, soy la que debo estar enojada, y lo estoy, pero él parece enojado también, qué descaro! Aparte de mentiroso, de engañarme, de integrarme a una secta sin consultarme, de no llamarme en mi cumpleaños, y quien se comportaba como el digno y el ofendido es él; No dijo ni una sola palabra al verme, me ignoró por completo y fue al closet a cambiarse, fui detrás de él.

Estaba cada vez más enojada, no lo puedo creer, se comporta como un imbécil a quien no le importa nada ni si quiera yo, pero se estaba metiendo con la chica equivocada, ¿quieres lastimarme Alexandré? Adelante, pero yo te voy a tratar de la misma manera.

- Bonne nuit mon amour. - Dije, a él se le escapó una pequeña risilla tal vez por mi mala pronunciación del francés- Gracias, gracias por llamarme y felicitarme el día de mí cumpleaños. - Dije con sarcasmo. No lo soporto!, no soportaba ver su cara, no puedo creer lo que esta pasando, la ofendida aquí soy yo, ¿Porqué él estaba molesto? Quien está en todo su derecho de estar molesta soy yo. Luego de que por fin se puso sus pantalones de pijama, por las expresiones que tenía imaginaba que se estaba preparando para decir una estupidez.

- ¿ Qué hay de las cien llamadas que te hice antes de tu cumpleaños? Y no respondiste ninguna, no querías hablar conmigo, lo entiendo, así que te di tu espacio, ¿era lo que querías no? -Dijo. Él se puso ambas manos en la cintura, me afectaba un poco la diferencia de altura, en ese momento quería ser tan grande, tan alta como el nivel de mi furia, de mi decepción.

- Sí, necesitaba mi espacio, también te necesitaba conmigo y no estuviste para mí, qué bueno que pienses en mí después que has arruinado todo.

- No he arruinado nada, no querías hablar conmigo, no querías saber nada de mí, te di tu espacio, esperé el momento para hablar contigo, para explicarte las cosas, pero nunca me diste la oportunidad, no querías saber nada de mi, ¿No es así?.

Estoy agitada, me pican los ojos, nunca he sido buena para enfrentar a las personas, solía guardar todo lo que me molesta hasta un día explotar, pero no puedo guardar lo que siento esta vez, si lo hago, si me quedo callada, entonces él creería que podría manejarme a su antojo, no puedo darle esa oportunidad.

- En primer lugar, ¿puedes recordar Alexandré, porqué no quise hablar contigo? ¿Eso sí lo recuerdas, verdad? Quiero saber porqué, quiero que me lo expliques ahora.

- Basta, basta de esto, no seré parte de esta conversación, cuando estés más tranquila te explicaré todo. - Él me hizo a un lado, se dirigió a la cocina y yo lo perseguí, no, no me iba a dejar así, él tiene que responder.

The million dollar manWhere stories live. Discover now