Capítulo 2

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Yo era bonita, después de cumplir los dieciocho años pude verme en el espejo y apreciar mi belleza, una belleza común en mi país, así que no me sentía hermosa pero sí bonita, hasta que mi amigo francés empezó a decirme lo hermosa que era, que le gustaba todo de mi, y que mi cara le parecía hermosa, yo tomaba esos comentarios sin importancia, pero luego de enterarme de el alto nivel del que venía Alexander, sentí que mis ojos se abrían más, como si hubiese vivido en una pesadilla y este era mi oportunidad para salir de ahí, así que decidí aplicar la de siempre, arreglarme más, antes no lo hacía frecuentemente o no como me gustaría porque no tenía el dinero suficiente, además mi tía me pagaba las clases de inglés, y no podía pedirle dinero para ir al salón de belleza, pero con todos los regalos que Alexandré me enviaba, y aveces me enviaba dinero en euros, lo que en mi país pasaba a ser mucho dinero, así que lo guardaba, iba más al salón de belleza, compraba un poco de maquillaje, y aveces invitaba a mi amiga a comer, pero solo la invitaba al McDonald porque me salía más barato, tenía que ahorrar, por si Alexandré se aburría de mí y desaparecía.

Nuestras conversaciones se volvían cada vez más sensibles, tocando por encima algunos temas personales, al principio temía actuar de manera extraña, no quería actuar erróneamente para "impresionarlo" intenté ser lo más normal posible, y así fue, más allá de que él fuera una persona adinerada, también era una persona normal, como yo, e incluso pude saber más de él, darme cuenta lo sensible que se volvía aveces, sensible en formas positivas y aveces negativas, podía estar contando una experiencia de algún viaje, y después estarse quejando de algo que pasó en ese mismo viaje, algo que para mí sería insignificante pero a él le parecía la peor cosa que le podría pasar en un viaje.
Volvimos a hablar sobre el poder viajar a conocernos, y fui sincera con él, le dije que me encantaría pero que dudaba que pudieran darme la visa y además que eso seria un gasto que no podía costear, a lo que él dijo que él se encargaría de todo, que quería que nos conociéramos personalmente; y cuando dijo eso me puse sumamente nerviosa, por mi mente pasaban cosas horribles, y también se las dije, le dije que tenia miedo de conocerlo y que a ambos nos venciera la timidez y no pudiéramos hablar con tanta fluidez como por el celular, o si él era un asesino serial y yo terminaba muerta o algo así, claramente son dudas que todos tienen cuando van a conocer personalmente a alguien que conocieron por Internet; a lo que él me prometió que no iba a dejar que le venciera la timidez, y también me dijo que no era un asesino serial, hasta lo juró por su vida, decidí creerle porque no tenia como comprobar lo contrario.

Llegó su cumpleaños el 7 de noviembre, ese día hablamos muy poco, me dijo que tenia muchas cosas por hacer y además su familia le había organizado una fiesta, pero también dijo que le hubiera gustado que yo estuviera ahí acompañándolo, que sentía que yo era la única que lo escuchaba, y después nos despedimos, yo me fui a dormir porque ya era muy tarde para mí.

Los tiempos también era otro tema, había una diferencia de horario de seis horas, pero siempre buscábamos la manera para hablar, a pesar de estar ambos ocupados. Yo estaba ignorando todos mis otros problemas, y solo estaba concentrado mi energía en las clases de inglés y en Alexandré, nada más, pero el problema ahí seguía.

Siempre fui buena en los estudios, pero después de terminar la secundaria, la vida no era lo que esperaba, era más complicada y estresante de lo que llegué a imaginar; Nunca tuve de meta tener un trabajo, o una carrera, nunca me interesó, pero inicié la universidad después de terminar la secundaria por presiones de mi madre, en aquella universidad no había ninguna carrera que me llamara la atención, todas me parecían una mierda, así que elegí administración de empresas porque creí que algún día podría manejar una empresa, y luego caí en cuenta de que eso sería imposible, quienes administran las empresas son los familiares o los hijos del dueño de la empresa, y yo no tenía ningún familiar que fuera dueño de alguna empresa, así que probablemente terminaría siendo cajera en algún banco, lo cual de solo pensarlo me daban ganas de acabar con mi vida, yo no quería tener una vida aburrida, no quería tener que pasarme toda mi vida trabajando solo para poder sobrevivir, pero era la única opción que tenía, y si quiera seguir llevándome bien con mi madre tendría que hacer lo que ella quería, pero no pude soportar mucho tiempo así.

Alexandré abrió mis ojos, él sería el elevador que me llevaría a donde yo quería estar sin tener que sufrir mucho en el proceso, con él tendría todo lo que se necesita para vivir bien, comodidades, privilegios, y sumándole que podría viajar a todas partes junto a él, qué importa si me gustaba o no, yo lo admiraba y con eso era suficiente, dicen que el amor es admiración, y era lo que sentía por él. Sin embargo, no dejaba de pensar en mí, ¿qué vería él en mí? No tenía una carrera universitaria, él sí, no venía de buena familia, él sí, no tenía dinero, él sí, apenas podía hablar español y un poco de inglés intermedio, pero él sabía hablar francés, alemán, italiano, inglés y español, poniendo todo en una balanza, él era mejor que yo en todo, yo sí tendría razones para sentir aprecio por él, porque aparte de tener todo lo que ya he mencionado, también parece ser una buena persona, amigable, inteligente, algo frío pero carismático aveces, en cambio yo no tengo más que ofrecer aparte de mi persona, acaso una buena personalidad y una agradable apariencia sería suficiente? Lo dudaba, yo tenia que mejorar de alguna manera.

Alexandré me había hablado de su plan para que nos viéramos, quedaba descartado que él viniera a mi país obviamente, así que con su ayuda se iniciaba el trámite para yo poder viajar. En algún momento se sugirió que ambos nos viéramos en un país al que yo podía acceder solo con mi pasaporte, pero por la temporada que era, casi diciembre, era más complicado, pues él estaría muy ocupado en su trabajo.

Nuestras conversaciones habían escalado a un nivel más emocional, pero de nuevo, no podía contarle todo de mí y ser sincera con él, pero él todo lo contrario, no me hablaba de su familia, pero sí me contaba cosas de su infancia, de su tiempo de estudiante, y de su trabajo, casi siempre se quejaba conmigo sobre su trabajo, lo estresante que llegaba hacer aveces, ya que él estaba estaba trabajando en una empresa, no me dijo cuál, pero debí suponer que se trababa de alguna empresa de su padre; nunca me preguntó si quería ser su novia ni mucho menos, pero compartíamos muchos momentos juntos, hacíamos videollamadas, aveces estaba tomando clases de inglés y aun así estábamos hablando; sin mencionar que me ayudó muchísimo en el inglés, me corregía muchas cosas, y al mismo tiempo también le corregía muchas cosas sobre su español; para cuando me gradué de las clases de inglés, ya teníamos un año hablando, ya éramos más que conocidos, mi vida se sentía más tranquila con Alexandré en ella, y como él decía, debía enfocarme en mi felicidad, así que le dije a mi mamá que dejara de presionarme porque no iba a volver a la universidad a menos que encontrara una carrera que de verdad me guste y quiera ejercer.

Alexandré había llegado para cambiar mi vida.

The million dollar manWhere stories live. Discover now