Capítulo 19

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— ¿Porqué debo usar esta máscara y tu no? Esta máscara da miedo, tiene forma de... conejo, pero de un conejo muy raro.

— Todos los nuevos invitados deben usar una máscara, recuerdo cuando fue mi baile de debut también usé una igual, de ciervo dorado, es una tradición usarlo, te asignan un animal y esa máscara debes de llevar.

Ella se veía hermosa esa noche, iba vestida de blanco, un color que representaba muy bien lo que ella es, inocente y pura; Trato de estar calmado, diciéndome a mí mismo que esto es lo normal y ella también debe pasar por esto para poder pertenecer a mi mundo, aun asi tengo miedo, miedo de su reacción, miedo a todo lo que podría lastimar a mi esposa.

— ¿Quién es el encargado de asignar las máscaras? ¿Hacen una rifa o hacen votaciones para ver quién usará qué? ¿Porqué me tocó ser un conejo y no una pantera? Yo sería una pantera.

Ella estaba nerviosa lo notaba, y luego del "Le Bal" podría estarlo aún más.

— Quien te invita es quien decide cual máscara usarás, yo elegí el conejo para ti, mi padre eligió el ciervo para mí, luego entenderás la razón  mon amour.

Uní nuestras manos, sus ojos brillaban, y sus labios iban de un color rojo intenso que me provocaba devorarlo, ella se ve tan hermosa esta noche.

Habíamos llegado a nuestro destino, el "Le Bal" se celebraba en una mansión a las afueras de París; El rostro de Salomé se encontraba neutral, nunca lograba descifrar si ella se sorprendía con el nuevo estilo de vida o no, me costaba descifrarlo porque nunca parece sorprenderse.

Los nuevos debutantes se veían tan repugnantes, tan aborrecibles, tan simples. Casi todos eran jóvenes, muy jóvenes, hijos de empresarios, algunos eran miembros de familias reales, príncipes y princesas cuyo único valor estaban en sus títulos reales, y luego estaban sus acompañantes, algunos pertenecientes de familias adineradas pero no reconocidas, y otros no venían de la nada misma, pero aquello no importaba, ninguno de ellos era tan rico como yo, aunque aun eran muy jóvenes, aún tienen tiempo para demostrar lo que valen o simplemente gastarse la herencia en drogas y fiestas.

— Este lugar es hermoso, glamoroso...

— Como tú.. — Ella es lo más hermoso en este horrible lugar, ella es la más pura en este lugar, su rostro, sus ojos, su nariz, sus labios, todo en ella es puro, inocente, sensual, ella es la única que vale la pena en este maldito lugar.

— ¿ Qué se supone que debemos de hacer? ¿Puedo quitarme la máscara en algún momento o no?

— No, no puedes quitarte la máscara por ninguna razón hasta que llegue el momento, hasta entonces no debes quitarte nada, ¿entiendes? Estaremos aquí un rato nada más, puedes.. charlar con las chicas, estoy seguro que muchos tienen curiosidad por ti; También hay algunos fotógrafos de revistas de la sociedad, este evento es privado pero todos quieren saber quiénes son los nuevos debutantes en el " Le Bal", si quieres salir en una revista importante solo tienes que posar junto a ellos. — a pesar de haber mencionado aquello, no estaba de acuerdo, ya que no me gustaba exponerme al ojo público, si lo hago es por eventos exclusivos correspondientes a mi trabajo, y no me gustaría que mi esposa se expusiera demasiado, ya que eso atraería a personas curiosas a nuestras vidas.

— No, quiero que te quedes justo aquí conmigo, me da un poco de vergüenza ser la primera en hablar, no soy muy buena en eso...

Besé su cuello, su piel es tan suave, y ella huele delicioso siempre, despierta algo en mí que me es difícil descifrar, y es que no quiero separarme de ella en ningún momento, no puedo.

— Odio estar aquí, todos son unos niños malcriados, preferiría mil veces estar contigo en nuestra cama, haciéndote el amor mon amour. — susurré en su oído. Pude notar que me sonrió y tomó mi mano, ella se mantuvo en silencio, aunque sus ojos brillantes me decían todo lo que ella se guardaba para sí misma.

The million dollar manWhere stories live. Discover now