Capítulo 38

9 1 0
                                    

— Alexandré, Alexandré... — La voz de Charles hace eco en mi cabeza. ¿Que está pasando, estoy muerto?  — Sigue la luz Alexandré, sigue la luz.

Como un ciervo obediente, hago lo que me pide, sigo la luz de un lado a otro.

— Tu ojo derecho está en perfectas condiciones, no puedo decir lo mismo de tu ojo izquierdo, pero son solo daños colaterales, todo lo demás está bien.

Aun estoy un poco aturdido,¿Dónde estoy? ¿Qué esta pasando y porqué estoy aquí? Miro a mi alrededor pero todo se ve borroso, solo puedo identificar al doctor por el color de su atuendo, y al señor Charles quien también se encuentra en el cuarto, y poco a poco vuelvo a unir las piezas en mi cabeza.

— ¿Sabes quién soy? Es normal que te sientas un poco aturdido al principio, dime, ¿me reconoces?

— Charles...

— Señor Belmont, le haré algunas pregunt— aquel doctor se dirigió a mi, pero Charles enseguida le interrumpió y dictaminó que él haría las preguntas. El doctor no objetó y solo se cruzó de brazos pero entonces Charles hizo una seña con la mano para que este se marchara y así lo hizo.

— Sí. Veo que estás bien muchacho, joven y fuerte. Bien, ahora quiero que respondas algunas preguntas para descartar la pérdida de memoria; no hay de qué preocuparse, es normal perder la memoria después de un acontecimiento traumático, la recuperarás en unos días si es que tal vez tengas algunas lagunas. Bien, háblame de ti, ¿Quién eres?

— Soy Alexandré, Alexandré Belmont, mi padre es Jean Belmont, socio mayoritario del conglomerado Belmont, y mi madre... mi madre es Florence Belmont.

— ¿Que edad tienes? cuéntame algo más, ¿ Estás soltero o casado?

Qué situación tan confusa, intenté moverme un poco, pero mis manos y pies estaban atados.

— Contesta Alexandré.

— Tengo treinta y tres años, estoy casado con Salomé Belmont. Quiero ir con mi esposa Charles, déjame ir con ella.

— No puedo dejarte ir hasta que te recuperes. Tendras un parche en tu ojo izquierdo un par de semanas, pero estarás bien. Bueno, es hora de irme, tengo cita con unos colegas, jugaremos a los naipes, podrás unirte a nosotros luego. Esta bien, pueden proceder ahora — sus últimas palabras me dejaron desconcertado puesto que creí que estábamos solos, pero no fue así.

Una  nueva persona extraña estaba con nosotros, vestía de traje de enfermería, pero llevaba una máscara ocultado su identidad.

Después de todo lo que he pasado, no quiero continuar con esto, No quiero que Charles me deje a solas con esta persona.

— Charles no me dejes aquí, no te vayas por favor, no me dejes.. — le rogué, pero el viejo estúpido solo se despidió de mi con la mano y me dejó— ¡Charles, Charles! — grité pero es inútil, él ya se ha ido.

Esa enfermera se mueve en silencio de un lado a otro, tomando cosas que yo desconozco. Aquella persona colocó un artefacto extraño en mi boca, impidiéndo que hablase o que cerrase la boca.

Dentro de mis posibilidades utilizo mi ojo sano para seguir sus movimientos por toda la habitación; vi como sacaba un artilugio extraño, y de este sale una biscosidad extraña, con la apariencia de un parásito en forma de lombriz, aquella cosa tiene vida propia.

Esa persona se acercó a mí y luego me inyectó algo. intentaba escapar, pero aún utilizando toda mi fuerza no puedo moverme, estoy amarrado de brazos y pies, inmovilizado como si fuese un animal encadenado.

Lo siguiente quedará en mi memoria para siempre, es terrorífico la manera en que sentí que mi cuerpo se quemaba. La enfermera hizo una inserción en mí. Primero hizo un corte profundo en mi brazo con un bisturí, vi con mis propios ojos como brota la sangre sin parar, para luego insertar aquel extraño parásito en mi brazo y luego cerrar la herida con láser.

The million dollar manWhere stories live. Discover now