Cap. 12

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A la mañana siguiente, Yeimy despierta y ve que Charly tiene su cabeza metida entre su cuello y su pecho nuevamente. Ella da pequeños besos en su cabeza hasta lograr despertarlo.

- Buen día.

- Buenos días Princesa, ¿Cómo dormiste?

- De maravilla.

- ¡Me encanta! Esa es la idea.

Charly se levanta de la cama y se dirige a la cocina, sin antes dejar un beso en la frente a Yeimy. Ella ve como se iba y decide seguirlo.

Cuando ella llega, él estaba de pie junto a la ventana, observando como el sol salía, aclarando el cielo al pasar los minutos. Yeimy se para a su lado, abrazándolo con uno de sus brazos. Él la ve y luego intercambia su mirada entre ella y el sol repetidas veces.

- Vos sos mi sol.

- Vos sos mis estrellas.

- ¿Solo aparezco en la noche?

- No, siempre estás ahí aunque yo no te vea.

- Que cursis son las enamoradas.

- Habla el que tuvo una traga con la misma persona como tres veces.

- Ey… Fueron dos, la segunda no cuenta – Yeimy rió y caminó hasta la encimera, en dónde se sentó en una de las sillas que estaban frente a ella.

- ¿Una arepita o qué?

- Dale.

- ¿Cafecito?

- Juguito.

- Bueno.

Mientras Charly preparaba el desayuno, Yeimy lo observaba mordiéndose el labio.

- Y… Arepa número uno hecha.

- Dame – Dijo Yeimy desde el otro extremo de la cocina.

- Atrapá – Charly lanza la arepa en dirección a Yeimy y ella milagrosamente la atrapa en su boca – Equipo perfecto.

- Gracias – Charly se dispone a preparar el jugo de Yeimy mientras esperaba a que la otra arepa se cocinara.

- Ya está el jugo – Yeimy agarra el vaso con el jugo y toma su contenido lentamente.

- ¿Te gustó?

- Todo muy rico, como siempre.

- Vení, tenés algo aquí.

- ¿Dónde? – Charly se acerca a Yeimy y le roba un beso.

- Ya está.

- Imbécil.

- Y bueno, ¿Cómo estuvo la noche?

- Bien…

- ¿”Bien”?, ¿Solo bien?

- Pero Charly… Nunca me habías preguntado eso.

- Precisamente por eso – Yeimy se queda sin responderle y solo posa sus brazos alrededor de su cuello y le da un profundo beso.

- ¿Eso te da una respuesta?

- Mmm, podría ser.

- Oye.

- ¿Qué pasó?

- Si te tengo que decir algo.

- Dime.

- Que gracias por hacerme sentir cómoda, por ir a mi paso y por respetar mi decisión.

- No me tenés que decir gracias, siempre lo voy a hacer – Le dice Charly a Yeimy, pasando uno de sus mechones de cabello detrás de su oreja.

- Ay, no hagás eso.

- ¿Por qué?

- Porque se me va a volver costumbre de nuevo.

- Pero era lindo – Él sonríe y Yeimy no puede evitar devolverle la sonrisa.

- Te amo.

- Yo te amo más.

- ¿Qué hora es?

- Son las… Ocho.

- Vale, te espero en el baño.

- Dame tres minutos y ya estoy allá.

Yeimy se dirigió al baño y se quitó la ropa interior, para después meterse en la ducha y abrir la llave con agua caliente. Minutos más tarde, sintió unos brazos cálidos que la apresaban contra otro cuerpo. Giró la cabeza para ver a Charly detrás de ella. Él apartó el cabello de su espalda y lo puso a un lado. Comenzó a dar pequeños besos en los alrededores de los hombros de Yeimy, mientras todo su cuerpo se mojaba por el agua que salía de la regadera. Charly se puso frente a Yeimy y la cargó, la llevó contra la pared y la comenzó a besar. Ella envolvió sus piernas en las caderas de Charly, quien movía sus labios, con movimientos bruscos, en conjunto con los suyos. Ambos mordían el labio del otro, tratando de descargar su deseo en ese acto. Yeimy llegó a morder tan fuerte el labio de Charly que hizo que sangrara. Él no hizo caso al dolor y siguió besándola con pasión pero un toque de dulzura. En un punto ella llegó a sentir el sabor de la sangre que se mezclaba con los demás fluidos que se acercaban y que estaban dentro de sus bocas y se extrañó un poco, también al escuchar gemidos de dolor provenientes de Charly, al sentir el roce de sus labios con su herida. Ella decidió apartar su boca lentamente y verificar que todo estuviera en orden.

- Estás bien?

- Me mordiste, pero todo bien.

- Vení, perdóname.

- Ya tranquila, no está saliendo tanta sangre – Dijo él para tranquilizarla, bajándola para que pusiera sus pies en el suelo.

- Déjame ver – Yeimy examina la herida y la enjuaga con agua hasta que deja de salir sangre.

Salen de la ducha y Yeimy se sienta en el lavamanos para estar a la altura de Charly, alcanza el botiquín de emergencias, lo abre y de él saca un desinfectante y se lo aplica en el labio.

- ¡Ay! Hacele ‘pacito que eso arde.

- Le estoy haciendo despacio – Le dice Yeimy, mientras toma una gasa y la pasa por la herida.

- Listo… Bájame de aquí que apenas pude subirme – Charly toma de los glúteos a Yeimy para cargarla y después dejarla en el piso – Gracias.

Luego, Charly y Yeimy se metieron a la ducha y se terminaron de bañar. Salieron una media hora después, bastante acaramelados.

- Amor…

- ¿Qué pasó? – Pregunta Charly, mientras se secaba el cabello con la secadora de Yeimy.

- No me lo vas a creer.

- ¿Qué?, ¿Qué pasó?

- No traje suéter.

- Me dijiste que venías preparada.

- Si, pero se me pasó.

- Solo traje esta sudadera y mi chaqueta, no tengo más que te cubra.

- Pasá la chaqueta pues.

- ¿Segura?

- Si, pásala – Charly le da la chaqueta a Yeimy y ella se la pone encima del vestido que traía puesto, viéndose al espejo.

- Te queda una chimba.

- ¿Vos creés?

- ¿Y todavía lo dudas? Igual, también tengo la sudadera, si querés cambiamos para que te sintás más cómoda.

- No, así está bien.

- Dale.

Ambos bajan al primer piso para salir de la casa, Charly toma las llaves y se montan a la camioneta.

- ¿Dónde vamos?

- Cerquita.

- Si, pero ¿dónde?

- Por ahí.

- Decime.

- No.

- Dale.

- Princesa, te pareces a Vanessa cuando estaba chiquita.

- Bueno, pero decime.

- Vos si sos terca, ¿No? – Yeimy se molesta con Charly y gira su cabeza hacia la ventana – No te pongas brava – Le dice Charly, poniendo una mano en su pierna - Mira, ya vamos a llegar – Le informa, después de unos minutos de carretera.  Yeimy voltea rápidamente al frente y vé que se están aproximando a un parque.

- ¿Un parque?

- Si, un parque.

- ¿Qué vamos a hacer en un parque?

- Nos vamos de plan romántico un rato. Quiero revivir el amor adolescente que no pude disfrutar con vos.

- ¿Amor adolescente? – Le pregunta Yeimy, con una sonrisa y el ceño fruncido.

- Vos solo vení – Charly se sale de la camioneta y camina hasta la puerta del lado de Yeimy y la abre.

- Gracias – Yeimy sale de la camioneta y agarra la mano de Charly, que la guía hasta unos columpios.

- Montate.

- No me hagas esto Charly.

- Montate, ¿Qué te cuesta?

- Ay, que cansón.

Eres Mi DestinoWhere stories live. Discover now