Cap. 25

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Habían pasado algunos días y alguien estaba de cumpleaños. Yeimy se había levantado muy de mañana y Erick había llegado a la casa junto con Vanessa para ayudarle con algunas cosas. Lo próximo que pasó fue Yeimy entrando con una bandeja de desayuno al cuarto principal con sus hijos siguiéndola, junto a Princesa.

—¡Buenos días!— Dijo Yeimy dejando la bandeja en la mesita de noche para empezar a remover el pelo de Charly con el fin de despertarlo.

Él empezó a gemir estirándose en la cama antes de alzar sus párpados y dejar ver sus ojos celeste intenso por el reflejo del sol.

—Ya déjenme dormir.

—Abre los ojos, Bello Durmiente. Hoy es tu cumpleaños— Le recordó, haciendo que Charly se sentará de golpe en la cama.

—¿En serio? Me había olvidado.

—Feliz cumpleaños, pa— Dijeron sus tres hijos acercándose para darle un abrazo, al mismo tiempo que Yeimy lo felicitaba igualmente. Princesa se había montado en la cama y lamía las mejillas de Charly mientras movía la cola enérgicamente.

—Gracias mis amores. Son los mejores.

—¿Soplas la velita?— Preguntó Yeimy mientras encendía una que había encima de una pequeña tarta de chocolate.

—No se te olvide pedir el deseo— Dijo Erick interrumpiendo el momento antes de que soplara la vela.

Lo llenaron de mimos todo el día haciendo que se distraiga mientras se repartían la organización de gestiones para preparar una fiesta sorpresa, y lo consiguieron al final de la tarde.

—¿Y este bombón?— Dijo Yeimy entrando a la habitación, viendo a Charly con una camisa blanca ajustada en la que se remarcaban perfectamente sus músculos, con su chaqueta reversible favorita y unos pantalones que le daban volumen a la curva firme que se formaba al final de su espalda.

—¿Cómo estoy?— preguntó Charly mientras se arreglaba el cabello.

—Hecho un papasito.

—¿Te parece?

—A ver, mi vueltica— Charly puso una sonrisa en lo que giraba con ritmo sobre sus tenis dando chasquidos con los dedos —Definitivamente. Necesito que te pongas esto— Le dio un antifaz de zorrito.

—¿Me estás diciendo zorro el día de mi cumpleaños?

—No encontré el de unicornios. Te preparé una sorpresa… bueno, te preparamos.

—Me encantan las sorpresas. Déjame termino de arreglarme.

—Ya estás bien, llevas media hora frente al espejo.

—Voy.

Charly accedió a ponerse el antifaz y fue guiado por Yeimy al jardín, dónde le retiró el antifaz y vio mesas repletas de su comida favorita, globos y luces colgando de árboles, y el infaltable pastel de chocolate, el favorito de Charly. Todo estaba muy lindo, pero los ojos de Charly se centraron en una sección de la decoración que estaba llena de bolsas y cajas de regalos que moría por abrir.

—¡Que chimba, ome!— Gritó llevándose un par de puñados de distintas comidas a la boca.

—Que asco, Charly.

—Fenia fambre— Habló con una cantidad exagerada de comida en la boca.

—¿Te gustó?

—Está una chimba. ¿Puedo abrir regalos?

—No.

—Sí, si puedo.

—No, no podés.

—Porfa— Puso su mejor carita de cachorrito y un puchero en sus labios
—No es no, Charly. Es como navidad, solo que los regalos se abren después del pastel.

Eres Mi DestinoWhere stories live. Discover now