𝓤𝓷𝓪 𝓱𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓼𝓲𝓷 𝓬𝓮𝓻𝓻𝓪𝓻

1.8K 126 4
                                    

Era un nuevo día, el reloj marcaba las 4:30 a.m, hice mi rutina para salir hacía el predio, estaba algo malhumorada por la llamada que tuve con mi madre.

Ayer alrededor de las 20:30 p.m

-"Sí ma, hable con él..."

-"Y... ¿le tiraste algún palo?"

-"Ma tiene novia ya te dije, aparte estoy trabajando, no es un boliche para levantarmelo..."

-"Vos escuchame...con Susana hablamos todo el tiempo, ella te puede ayudar..."

-"Ma, ya está, pasó mucho tiempo y aparte si él no me busco por algo será...y no soy una necesitada para arruinar una relación de 7 años..."

-"Pero mi amor vos lo conoces mejor que nadie y aparte..."

Corté la llamada y me fui a dormir.

Llegué al predio con mis libretas y mi mate en la mano, saludé al equipo técnico y fui directo a hablar con los chicos sobre las rutinas, me quería enfocar en los delanteros y laterales, así que estuvimos practicando reflejos y resistencia, el resto seguía las rutinas entregadas ayer, yo observaba en silencio y anotaba. Estuvimos con los otros dos asistentes físicos preparandolos para los partidos de entrenamiento, prácticamente estaríamos un mes haciendo esto, para crear esa unión de equipo como tiene que tener toda selección.

Al terminar mi trabajo me senté y empecé a tomar unos mates junto a unas medialunas que habían comprado los otros chicos del plantel. Mi cabeza seguía repasando lo que me había dicho mi señora madre y lo único que pensé es que tendría que volver a hacer terapia. Decide hacer un poco de ocio y ver mi instagram, subí una historia del predio junto a mi mate y las medialunas. Vi mis historias destacadas, ver mis fotos con Lionel o Pablo me da cierta serotonina que me ayuda a seguir.

-"¿Qué pasa chiquita?"

Ví como Pablo se me acercó y se puso a cebar un par de mates para él.

"Mambos...sólo eso..."

-"Sabes que podés hablar si algo te incomoda.."

-"Lo sé Pablín, gracias..."

Él me sonrió y volvió hacia la cancha para seguir haciendo su trabajo.

Mi mirada fue a ese morocho de 1,95 m que me traía tantas dudas, odiaba sentirme tan débil ante él, el saber que no podía ocultar todo lo que me provocaba desde hace más de 15 años, odio el primer amor, ¿por qué él sí pudo seguir su vida y yo me quedé a la mitad..?

𝓛𝓪𝓫𝓲𝓸𝓼 𝓻𝓸𝓽𝓸𝓼Where stories live. Discover now