Pan y Circo para el pueblo

61 7 0
                                    

  El sonido de las cadenas arrastrándose por el suelo se escuchaban en todo el túnel, el ambiente era oscuro, únicamente iluminado por varias antorchas distribuidas por aquel camino subterráneo y polvoriento, y por si no fuera suficiente las antorchas que se encontraban las paredes comenzaban a apagarse.

 Caitlyn y Vi se encontraban con grilletes en sus muñecas y tobillos, y marchaban con la mirada en el suelo en un completo silencio, iban escoltadas por un pequeño grupo de cinco soldados quien las rodeaban. 

 Tras varios minutos de caminata en un silencio incomodo y ensordecedor ambas llegaron a las mazmorras. Era un pasillo completamente oscuro, la poca luz que se podía ver era de la luz de la luna que se colaba por algunos orificios del techo ( que al parecer  era de madera, que curioso), las paredes estaban repletas de celdas con barrotes de hierro macizo que retenía a todos los prisioneros que ahí se encontraban.

 Soldados que las escoltaban las llevaron a una celda para las dos, casi al final del pasillo justo a unos metros de una puerta que al parecer era la entrada de la misma, entonces al momento de estar frente a los barrotes los soldados procedieron a quitarles los grilletes que ambas cargaban, al momento de sentir libre las muñecas, Caitlyn se froto las mismas, al parecer el agarre la lastimaba. 

 Ambas de manera repentina sintieron el empuje de los soldados quienes las arrojaron al interior de la celda, para después largarse por la puerta del pasillo. Vi se apoyo en los barrotes  sintiendo el frio hierro, mientras observaba la oscuridad del pasillo, se dio la vuelta y vio a Caitlyn sentada en la paja del suelo con una mirada triste y con algunas lagrimas en sus ojos.

 - Caitlyn - dijo Vi agachándose al lado de la sheriff. 

 Ella no respondió únicamente miraba a la nada inexpresiva, impactada. Nunca en su vida imagino que acabaría tras las rejas después de una seguidilla de errores. 

 - Caitlyn - volvió a decir Vi con un tono calmado intentado hacer reaccionar a su amiga. 

- Intento hacer las cosas bien - dijo finalmente la Caitlyn - realmente lo intento, pero no se porque todo me sale mal - la voz de la sheriff se hacia cada vez mas agresiva y ella hablaba con los dientes apretados. 

- No digas eso - dijo Vi intentando consolarla - tu siempre haces las cosas bien...

- No, no. Vi entiende - la voz de Caitlyn sonaba cada vez mas quebrada y con frustración - todo a salido mal, el discurso, la redada y ahora esto. 

 Caitlyn comenzó a llorar y Vi se acerco a ella para abrasarla y dejar que se desahogara en su hombro. La peliroza comenzó a acariciar el cabello de la sheriff mientras la calmaba con palabras suaves y con empatía.

- Tranquila - decía - saldremos de esta no te sientas mal. Tu sigues siendo la mejor oficial que Piltover a conocido, y no debes preocuparte por los baches que te encuentres en el camino - Vi beso la frente de Caitlyn para después tomarla de la barbilla para levantar su mirada y poder verla a los ojos, al momento de estar frete a frente Vi procedió a secarle las lagrimas que caían por sus mejillas. 

 Caitlyn sonrió por este acto y la peliroza le respondió con el mismo gesto dedicándole también una delicada y pequeña sonrisa, de pronto  de manera completamente involuntaria para ambas, sus rostros comenzaron a  acercarse lentamente. Ambas se observan a los ojos directamente y cada vez estaban mas cerca, podían sentir la respiración que salía de la boca de cada una.

- Que bonito momento - una voz misteriosa y femenina hizo que ambas se separan de sobresalto, justo al momento en el que sus labios se encontraban a milímetros  uno del otro. 

- ¿Quién esta ahí?-  Vi se coloco rápidamente en guardia esperando golpear a cualquiera que se encontrara escondido. 

- Tranquila - una mujer emergió de la oscuridad, era alta de piel blanca ojos claros y rostro hermoso, tenia el cabello largo, rubio que amarraba con una gran trenza que le bajaba desde la nuca hasta su espalda, su cuerpo era esvelto y fuerte. Vestía unas botas de cuero ligero, una pequeña falda suelta un tanto desgastada que cubría parte de sus muslos y un top que dejaba sus hombros y su abdomen al descubierto - solo observada tranquilamente su lloriqueo - la mujer apunto a Caitlyn. 

Caso PiltoverWhere stories live. Discover now