Capítulo 123

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>Tick, toc, tick<.

La mano de Bayel apareció, su mano agarró la bala y la convirtió en polvo como si estuviera aplastando una nuez.

—Lo hiciste bien.

—Lo siento.

Lo dijo de manera segura, había una ira irresistible en su expresión.

Cayena se volvió para ver al hombre disparando el arma, era un noble. Sin embargo, el bordado en la ropa de banquete no es una tendencia popular en estos días, se veía como un hombre que no tenía dinero y no podía pagar ropa que estuviese a la moda. Parecía muy pulcro, pero era un atuendo extrañamente desaliñado, no era la apariencia que mostraría un noble, parecía ser el dueño de una de las innumerables familias que cayó en bancarrota.

Bayel se acercó al hombre de la pistola, hubo una ligera sensación de estática por la repulsión del tiempo y el espacio, le hizo cosquillas en la piel.

—Debido a que no solo dispararía una sola bala, lo moveré y deshaz la magia. 

Cayena asintió y volvió a mover el tiempo.

—¡Ahhh!

Todos se lanzaron al suelo y gritaron.

>Bang, bang, bang<.

Como predijo Bayel, el hombre apretó el gatillo sucesivamente. Pero, dado que ya había levantado su mano, solo disparó al techo.

—Eh, cómo pasó esto...

Los disparos hicieron entrar a los caballeros en la sala de banquetes.

—¡Arresten al autor de inmediato y envíenlo a la cárcel!

—¡Si, Su Majestad!

Entonces Heinrich Yester arrugó la cara.

—¡Él intentó matarme! ¡Lo interrogaré yo mismo en la prisión del Gran Duque!

Cayena se apartó de Raphael y miró al noble con ojos fríos.

—El disparó un arma contra un miembro de la Familia Imperial y contra el Gran Duque, también es mi fiesta de adultez.

—Estaba dirigido a mí.

—Apuntando al Gran Duque, también la Princesa casi muere. 

Cayena dijo con frialdad.

—¿Te atreves a actuar por el resentimiento que tienes y llegaste aquí, pero no pudiste cumplir tu objetivo?

El Duque Heinrich Yester rechino los dientes, estaba enojado, pero no había nada de erróneo en las palabras de Cayena. Su comportamiento descuidado casi mata a un miembro de la Familia Real.

Cayena Parte 2Where stories live. Discover now