Capítulo 136

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Cayena desapareció. Ante sus ojos, obviamente la sostuvo con ambas manos. Pero fue abandonado. Rezef tardó bastante en comprenderlo.

—¿Dónde está la Princesa imperial?

El rostro distorsionado de Raphael fue visto cuando Rezef levantó la mirada con sus ojos vacíos. No pudo controlarse y sintió la ira desbordante en su piel. Era una ira intensa, como si incluso el aire a su alrededor se estuviera calentando.

Solo entonces, los alrededores llamaron gradualmente sus ojos. El sonido del sargento chocando, los asistentes siendo arrastrados, los cortesanos gritando, las voces que lloran... solo Cayena estuvo ausente en medio de la confusión.

—¿Dónde la escondiste? 

Los labios de Rezef cayeron.

—¿Dónde escondiste a mi hermana?

Entonces los alrededores llegaron lentamente. Los soldados golpeando, los acompañantes, los cortesanos gritando, las voces aullando. En ese alboroto lleno de gente no estaba Cayena.

—Hiciste que mi hermana huyera del Palacio Imperial. ¡Si no fuera por ti, no me hubiera dejado!

Tenía los ojos bien abiertos. Su rostro estaba distorsionado como un demonio, y sus palabras fueron escupidas con muchas espinas.

—Damela

Rezef  lanzó su puño hacia Raphael.

—¡Dame, damela, devuelvemela!

No había forma de que Raphael pudiera tener ninguno de los golpes que blandió en completa pérdida de razón.

—¡Pon a mí hermana frente a mí ahora mismo!

Rafael tragó a la fuerza la ira y evitó golpear, pero finalmente lo golpeó en la cara.

Rezef, quien fue golpeado por un puño abrumador, rodó por la alfombra. Raphael no se detuvo allí, sino que saltó sobre Rezef y lo golpeó. Rafael estaba indignado y le gritó, tirando honoríficos.

—Eres tu. ¡Hiciste que la Princesa huyera!

A Raphael ahora no le importaba si el oponente era el Príncipe o no. La reacción de Rezef dejó en claro que Cayena se había ido. Ella eligió la mejor venganza que pudo. La elección de Cayena fue excelente. Tan pronto como Rezef se dio cuenta de que había sido abandonado, se volvió difícil de soportar.

—¿Por qué es por mí?

Rezef le puso una mancha de sangre alrededor del cuello y gritó.

— ¿Por qué se trata de mí? ¡Por qué!

Rafael dio un paso atrás con cara de cansancio.

Le dolía como si me estuviese rompiendo la cabeza. El mundo pareció colapsar ante el hecho de que Cayena había desaparecido. Estaba abrumado por el hecho de que ella tenía que tomar esa decisión. Sin embargo, no había nada que pudiera revertirse. Rezef arrojó todo lo que pudo atrapar y estalló en ira.

Cayena Parte 2Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora