Capítulo Ocho.

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Tuve que salir de mi habitación al escuchar ruidos en la cocina. Al llegar ví a una sonriente Ofelia dispuesta a preparar el almuerzo, tenía ojeras bajo sus ojos y una mirada cansada pero supe de inmediato que al fin había salido de su habitación por voluntad propia y consiente de que no podía vivir su vida lamentándose.

—Buenos días, Louis.—Dijo calmada, con aquella voz melodiosa y tono maternal que acostumbra a usar.—Te despiertas un poco tarde. Son las tres de la tarde.

Alzo mis cejas sorprendido, fácilmente estuve inconsciente más de quince horas.

—Me dormí muy noche leyendo. Lo siento.

—No te preocupes.—Niega.—Para eso estás aquí, para descansar y leer todo lo que te plazca. ¿Te gustaría ayudarme? Estoy preparando el almuerzo para cuando Harry vuelva del campo.

Asiento y sonrío alegre.

***

Cuando anocheció, Harry llegó a casa, como siempre, oliendo a tierra y sudor, con los ojos cansados y el rostro sucio.

Al verlo atravesar el marco de la cocina, mi corazón dió un vuelco. Me sentía como un adolescente viendo a su amor platónico, tan vivo y feliz. Me permití admirar a Harry y pensar libremente lo apuesto que es, lo varonil y hermoso que es.

Sin embargo, Harry parecía no tener muchas ganas de conversar con nadie, se sentó en la mesa en el lugar de siempre y se limitó a esperar a que le sirvieran la comida.

—Que bueno que llegas, hijo. Te va a encantar la cena.—Dijo Ofelia, sonriente.—Louis me ayudó a preparar un delicioso estofado de carne y también hicimos algo de pasta.

Harry no responde pero sus ojos se clavan en mi.

Los tres tomamos asiento y nos disponemos a comer. Ofelia luce más animada, aunque aún hay tristeza en su semblante.

—Louis es un excelente cocinero y una excelente compañía.—Me mira, tomando mi mano por encima de la mesa.—Me da mucho gusto tenerte aquí en la granja con nosotros.

—A mi me da mucho gusto estar aquí con ustedes y poderle ayudar, Ofelia.

Me dedica otra sonrisa y ella también se dispone a comer el estofado de carne y verduras.

—Cuéntame más sobre Amelia.—Suelta.—¿Será que ella ya se ha enterado del accidente de Xavier?—Pregunta preocupada.

La pregunta me toma por sorpresa aunque yo ya debería de haber sabido que al inventar a Amelia seguramente habrían más preguntas sobre ella.
Quiera o no, Amelia ahora existe y ocupa un lugar en la vida de Xavier.

—Supongo que no. Desde que ella se mudó perdimos conexión. Si regresa a la ciudad yo me encargaré de que esté enterada.—Respondo.

Ofelia asiente.

—Me alegra mucho saber que Xavier encontró el amor antes de morir.

—Lo hizo.

Aunque ni siquiera yo estoy seguro de eso.

Ni siquiera estoy seguro de que Xavier sintiera amor o aprecio por alguien mientras estaba vivo.

Siempre fue tan egoísta, posesivo, narcisista y no le importaba pisotear a la gente lo mereciera o no.

—Eso me mantiene tranquila. Al menos mi pequeño conoció el hermoso sentimiento de amar y ser amado... El que me preocupa aveces es Harry. Nunca ha tenido una novia, siempre se encuentra tan ocupado con la granja que no le da tiempo...

Harry se mantiene concentrado en comer, pareciera que no escucha a su madre aunque es muy claro que lo hace. Simplemente aveces parece estar en su propio mundo para evitar disgustos.

La Nube Gris (l.s)Where stories live. Discover now