Capítulo Once.

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—Mira Louis.—Me dice Ofelia sonriente. Ambos estamos sentados en el sofá mientras me muestra las fotos familiares que conserva en una vieja caja de madera.—Este es Xavier cuando tenía dos años.

Tomo la foto.
En ella se muestra un pequeño bebé, vestido con un overol de mezclilla, camisa blanca, los ojos más azules que he visto y el cabello color oro. Yace sentado en el césped de la granja con un cochecito de madera entre sus manos.

—Su cabello siempre fue muy rubio.—Menciono.

Ofelia sonríe más grande.

—Xavier era idéntico a mi. Tenía mis ojos y mi cabello.—Baja la mirada hacia las fotos de nuevo.—Harry salió idéntico a su padre. El también era castaño, rizado y con ojos verdes.

Eso me lleva a entender todo un poco más.

—Mira.—Continúa. —Aquí están los dos en la primera comunión de Harry.

Tomo la foto de inmediato pues llevamos una hora viendo foto tras foto y hasta ahora solo he visto a Xavier, no había rastro de alguna foto de Harry.

En ella se muestra a un pequeño de unos ocho años, con el cabello corto y rizado, vistiendo un traje color blanco e impecable, sosteniendo una vela color plata con una mano mientras que con la otra sostiene a un pequeño Xavier de cuatro años, tan sonriente como siempre.

Sin embargo, el rostro de Harry luce triste, es un niño sin luz en su mirada, sin las mejillas sonrosadas y con los ojos apagados. No sonríe pero tampoco luce molesto.

Mi corazón se oprime pues nunca en mi vida había visto a un niño con el semblante tan triste.

Parece un pequeño sin ilusiones, sin alegría, sin energía.

Un enorme contraste con Xavier quien tiene la cabeza hacia un lado y una sonrisa enorme, mostrando sus pequeños dientes.

—Ese día hicimos una gran fiesta. Vino mucha gente. No podía hacer menos el día en que mi primer hijo hacía su primera comunión.—Me explica orgullosa.—Era el primer paso que tenía que hacer como madre para formar a un buen joven católico al servicio de Dios.

Asiento.

—Harry en verdad es un muy buen hijo.—Digo. Más que nada por la curiosidad de saber la respuesta de Ofelia, ¿acaso ella a pesar de todo piensa que Harry no es un buen hijo? ¿O es que el amor que tiene para él es tan limitado?

Solo estoy diciendo la verdad, he visto distintas facetas en Harry, he conocido todas sus caras pero siempre he de aceptar que al menos con Ofelia se comporta al margen. Lleva dinero y comida a la mesa y hasta cierto punto cuida de ella pues viven los dos juntos. Siempre es tan discreto y da todo de sí a diario para sacar adelante la granja él solo para que Ofelia solo se dedique a descansar y a vivir su vejez en paz.

—Lo es.—Acepta, aun sonriendo.—Tiene algunos fallos pero dentro de lo que cabe es un excelente hijo.

Asiento. Molesto.

—Harry no es tan perfecto como Xavier.—Comento.

—Exactamente.—Afirma Ofelia, asintiendo. Sin temor a decir en voz alta lo que piensa, sin temor a demostrar su preferencia por su segundo hijo.

***

Después de ello, Ofelia decide salir a caminar para estirar las piernas y regar sus flores.

Yo decido volver a mi habitación. Es uno de esos momentos en los que necesito estar solo, a pesar del miedo que esto conlleva en mi vida diaria. Estar solo es mi mayor temor. Sin embargo, necesito un respiro, ponerle seguro a la puerta y recostarme, leer, pensar, llorar o reír. Lo que sea mientras sea completamente en soledad.

La Nube Gris (l.s)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora