Cap 6: ¿Estás ahí?

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Pasaron 4 meses.

Un llorido, luego otro, tras otro; se levantó rápidamente de la cama y corrió hacia la habitación donde están sus cunas.

- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? Todo está bien, mamá está aquí – arrulla a sus dos pequeños, los tres meses estuvieron tranquilos, pero este último meses pareciera que estuvieran incontrolables.

Una vez que logró calmarlos, cambiarlos, y darles de comer, comió algo rápidamente y se preparó para salir al trabajo, antes miró por el ventanal de la sala de estar.

- Uuff...hoy sí que está nevando mucho cachorros, tendremos que salir más abrigados – abrigó más a sus pequeños, por las prisas tomó algo sencillo para él pero estornudo antes de salir.

Como siempre el señor Yuji espera por él y los pequeños, como no hay niños en el pueblo la señora Baa-chan le recomendó una amiga suya, para su suerte la señora que cuida de sus pequeños está a una cuadra de la empresa de limpieza.

Al estar en su área de trabajo, sus compañeras comenzaron a planear la semana de trabajo, por la nieve, se encargarán de remover varias zonas tanto de tránsito como entradas de casas para que los adultos mayores puedan salir.

- Kotaru y Yumi, este mes están encargados de limpiar la casa del nuevo – avisó su jefa.

- ¿Cuál nuevo? – preguntó el omega.

- ¡Ah! Hay un nuevo residente, es vecino de colina del señor Yuji, ¿no te lo dijeron? – quedó extrañada su jefa.

- No...nadie me dijo nada – contestó.

- No te preocupes Kotaru es un beta, llegó hace un mes, la señora Baa-chan dice que es un poco raro pero que no es una mala persona – intervino una de sus compañeras.

Comenzaron las actividades del día, conforme la nieve y el frío aumentan, parece que el cenizo presenta un resfriado pero lo oculta bien. Llegan a la casa del nuevo, se perdieron un poco por las indicaciones, está más apartado de lo que imaginaban, su casa se oculta muy bien en el bosque de la colina, y aunque no es una casa muy ostentosa sí es algo grande, con gimnasio, una piscina (que está congelada), aunque está amueblada, parece vacía, no les costó mucho limpiarla. No obstante, algo en Katsuki está inquieto, hay una sensación en la atmosfera de la casa que no le da buena espina.

- Kotaru-kun, creo que ya solo falta la habitación principal, puedes ir mientras termino de lavar estos trastes – le indicó Yumi, el cenizo fue hacia la habitación y fue ahí que su alma se salió.

El fuerte y latente aroma de Izuku cubre toda la habitación en la que sólo hay un colchón, una laptop y ropa, no hay ni tocadores o adornos; se arrodilló en el suelo, quiere vomitar, corre al baño y expulsa todo lo que su estómago había desayunado y hasta más. Tiembla con temor, de todas las cosas que podían suceder, uno de sus mayores miedos se había vuelto realidad.

Intenta analizar, procesar y tal vez actuar, ¿debía mudarse? No...todavía no termina de pagar la casa en la que vive, ¿debía huir? Pero ¿a dónde? ¿Fuera de Japón? Le costó mucho falsificar su ID, además no ha registrado a sus hijos. Se inundó de preguntas con catastróficas soluciones, pero de algo está seguro, se asegurará de que el pecoso no sepa de su presencia.

Intento volver a regular su respiración, calmar sus feromonas que había expulsado, abrió las ventanas y limpio todo con el mayor cloro y jabón posible, para ocultar su rastro. Ha vivido una vida pacífica y así seguirá siendo.

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El Delta pecoso salió a correr por el bosque, se programó caminatas cuando las señoras fueran a limpiar su casa. Regresó a su morada, dejó las llaves colgadas, se quitó los tenis botándolos en alguna parte, tiene barba, su cabello creció de tal modo que su flequillo oculta sus ojos, con ello es más difícil que lo reconozcan, además para ocultar sus grandes ojeras, no ha podido dormir, solo logra conciliar el sueño unas 2 o 3 horas, el día y la noche se volvieron una sola.

Fue a la cocina a prepararse un sándwich de huevo, cuando termino decidió que debía tomar una ducha, fue hasta su recámara pero al abrirla sintió una sensación diferente, como si la presencia de algo o alguien estuviera presente, pero al cabo de unos segundos lo dejó pasar, después de todo su terapeuta le recomendó dejar fluir esa sensación (le pasaba seguido).

Entró a la ducha pero la presencia se hizo más presente, entonces sintió por primera vez que no está alucinando, agudiza su olfato y oído, camina un poco por el baño mientras olfatea cual canino, es ligero y suave...hasta que ¡BINGO! Las pupilas de Izuku inmediamente se dilataron

- ¿Ka...cchan...? - susurró al encontrar su aroma en el lavamanos.


Un roto para un descosido (DekuKatsu)Where stories live. Discover now