Cap 20: Confesiones

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Tres semanas pasaron sin aviso alguno, el Delta pecoso jamás lo contacto y Katsuki siente que no le corresponder llamarlo o buscarlo, pero conforme continuaron los días, la ansiedad aumenta, y esto más debido a que ahora es un poco consciente del enlace, aunque no al nivel del peliverde, que ha logrado desarrollarlo mucho más aunque igual inconscientemente.

Llega el cuarto fin de semana sin señales del Delta, el tic-tac del reloj resuena en la casa, la gotera del lavamanos se pronuncia con cada pizca de agua, y el tic de sus dedos resonando en la mesa de madera solo hizo que soltara un fuerte suspiro; se acercó al refrigerador, calentó un topper con comida, preparó a sus cachorros, ajusto su cangurera, Natsuki iría en su pecho e Itsuka en su espalda, puso la comida en un bolso y salió de la casa.

Iría tras el maldito cobarde del Delta, seguramente inseguro y lloriqueante por todo lo sucedido anteriormente; usaría de excusa la comida, para golpearlo fuertemente, hablar (si es que se puede) y volver un poco a la normalidad.

O al menos eso pensó, claro que... fue muy diferente.

Tocó unas 10 veces el timbre, grito por el Delta, golpeo la puerta al menos unas 5 veces descargando su irá, y aun así con todas estas acciones, no hubo respuesta alguna, al final se sentó en los escalones de la entrada.

"Abandonado" fue lo primero que su omega interior pensó, la casa tiene las luces apagas, se veía mucho más vacía a lo normal... ¿Se habrá ido? ¿Tanto odio saber que están enlazados? Claro... seguramente le contaron sobre él en el laboratorio ¿Quién querría a un omega así? Agregando que él fue quien hizo el enlace ¿Qué carajos estaba pensando? ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué de entre todos los Alfas del mundo eligió un Delta? Un enlace para nada normal...

Tal vez por eso se fue... porque no es y no será normal nunca, un omega lindo, de piel suave y actitud sumisa... si tal vez por eso no volverá...

Las feromonas deprimentes contagiaron a los bebés, quienes dieron varios respingos de incomodidad y tristeza, los sacó de su cangurera y los cargó en sus brazos, dio muchas disculpas, para calmar su llanto aunque nada funcionó, diablos... ni para ser madre sirve, algunas lágrimas rodaron sus mejillas, está frustrado y molesto, ¿qué no puede hacer nada bien por una vez en su vida?

- ¿Kacchan? – la voz tal lejana pero clara del pecoso hizo que alzara su mirada sin ninguna duda, sus ojos y cerebro querían confirmar que había oído claramente y no sólo es una ilusión suya.

Ahí lo vio, saliendo de un auto un tanto lujoso pero muy discreto, tal vez podía tratarse de su imaginación aun así limpió sus lágrimas, podía ser que el agua en sus ojos le estuviera haciendo una mala jugada.

- Diablos... ¿qué pasó? – el contacto del pecoso mucho antes de terminar de limpiarse las lágrimas lo hicieron reconfortarse, al menos no está alucinando - ¿por qué están aquí en la oscuridad? – por inercia el Delta tomó a los cachorros para cargarlos y consolar su llanto, que cesó a los pocos instantes.

- Sólo veníamos de paso... eso es todo... - respondió el cenizo, por orgullo no diría nada de lo que pensó o sintió, le avergüenza – nos sobró comida y bueno... - por fin se dignó a mirar de frente al pecoso – los cachorros te extrañaban... - una pizca de aquellas palabras también lo incluían a él.

- Caray... tuve que salir del pueblo y volver a Tokio a resolver algunas cosas del trabajo... - comenzó a explicar aunque no le prestó atención el cenizo, sólo lo observó con detenimiento algo en su pecho aún dolía - ¿por qué no me llamaste? – esa pregunta hizo que el omega diría un brinco para levantarse, no quería responder.

- Bueno... ya vimos que estás bien, y que no moriste, nos iremos ahora – respondió, tomando primero a Itsuka en brazos.

- ¿Kacchan? ¿Está todo bien? – el pecoso notó el titubeo de Katsuki - ¿esperaste mucho sólo para traerme comida? – no despegó su mirada del omega, lo que incomodó al contrario - ¿no hay otra cosa que quieras decirme? – insistió.

Un roto para un descosido (DekuKatsu)Where stories live. Discover now