Cap 10: ¿Visita inesperada?

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Pasaron los días, Izuku se volvió un manojo de sentimientos un tanto violentos cuando regresó a su casa, a pesar de las duras palabras de Bakugo, sabe que hay algo que sigue sin encajar, en la posibilidad de que realmente sean hijos suyos ¿cómo es que pudieron tenerlos? Es decir, un Delta y un Omega por más dominante que sea no pueden procrear, no hay ninguna posibilidad, no son compatibles en ningún sentido.

Entonces ¿cómo había pasado todo aquello? No tiene algún recuerdo de haber cogido con el cenizo, después de varios días de estar merodeando con su cabeza al final se dignó a llamarle a alguien que a pesar de todos los pleitos y problemas que hubo, aún le habla.

- Hola Iida-kun, ¿Cómo estás? – habló amable conteniendo su impaciencia.

- Hola Izuku-kun, estoy bien, ¿qué tal estás tú? – le preguntó igualmente.

- Amm...yo...bueno... - no podía mentir, al menos no con Iida, así que ¿porque no contarle todo lo sucedido a su único amigo?, tal vez y de ese modo pueda ayudarlo.

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Katsuki reposó unos días en casa, tuvo que avisar de su celo, por lo que se le dio la incapacidad sin problema, no obstante, cuando tuvo que regresar debía aparentar que el pecoso no existía en aquel lugar. Le sería difícil pero haría un esfuerzo por sus bebés.

- ¿Han oído lo que dicen del recién llegado? – sacó el tema una de sus compañeras mientras tomaban un descanso.

- ¿Qué dicen? – le preguntó intrigada Yumi.

- Dicen que es un posible Beta ex mafioso, y que vino aquí a resguardarse de sus enemigos – chismeo.

- ¿En serio? ¿Deberíamos tener cuidado? – se preguntaron.

Katsuki sólo las escuchó, su cabeza está en las nubes, sin embargo algo que mencionaron le hizo preguntarles sin querer.

- ¿Beta? – se le salió de tal modo que las señoras lo miraron.

- Si es un Beta, son los que no emiten ninguna feromona – le respondió Yumi.

- Tsk...ya sé lo que es un Beta, mejor sigamos trabajando o le jefa se enojará – carraspeó mientras volvía a lo suyo.

"No puede ser un Beta...el huele... seguramente está disfrazando su feromona" – concluyó en su mente, dando fin a su pensamiento.

Después de eso, los días siguieron pasando convirtiéndose en semanas. El temor al nuevo residente había disminuido, sin embargo seguían pesando que es una persona extraña, muy pocas veces se le ve en el pueblo.

Mientras tanto Izuku en su reclusión pensó y se dio cuenta de muchas cosas; la primera y que lo hizo esbozar una alegre sonrisa fue el cambio de look del omega, corto las orillas de su melena y únicamente la parte central de su cabeza tenía cabello, se lo dejó crecer de tal modo que podía armarse una caleta de caballo, en definitiva un corte de cabello si puede cambiar el aspecto de tu rostro en demasía, además de que cuando estuvo dentro de la casa y chismeo un poco se dio cuenta de los pupilentes.

- No importa cuánto cambie Kacchan sigue luciendo hermoso... - se dijo para sí, sin embargo la sonrisa que tiene se vio borrada al recordar, la otra cosa "la inyección" - ¿por qué tiene que inyectarse un supresor? ¿por qué una dosis tan alta y arriesgada? – mil y un preguntas se acumulan en su mente, investigó los ingredientes farmacéuticos y encontró muy poco en internet al parecer es MUY raro aquel medicamento, se podría decir que la medicina fue solo hecha para Katsuki, pero ¿por qué? Es un omega dominante, no tendría por qué usar tal medicamento; es lo que lo tiene intranquilo por otra parte...

Salió al balcón, la vista del blanco paraíso montañoso adorna el panorama, pero nada de eso le interesó, limpió un poco la nieve para buscar un lugar para sentarse; los días anteriores descubrió que ahora que es consciente de la presencia del cenizo sus sentidos dieron un giro muy drástico, o más bien por primera vez les prestó atención, ya que antes sólo pensaba en el omega.

Se sentó en una postura de yoga para meditar, reguló su respiración, vació su mente, la brisa de la helada hacia un ligero zumbido, el sonido de las ramas y algunos animales se hicieron presentes, pero todo aquello lo fue descartando, como si buscara un sonido en específico. No logra dar con lo que quiere, así que hace uso de su olfato, olía el bosque siguiendo el rastro cual sabueso, recorrió a algunos kilómetros, hasta que bingo, un pequeño y vago aroma, a la entrada de su casa, siguió ahora con el oído orientado, escucha las risas de los bebés y de Kacchan, una imagen aparece en su mente como si realmente lo estuviera viendo.

Están en la sala de estar, los cachorros están en pequeñas sillas juegan con algo parecido a plastilina, ríen tan alegres, jamás en su vida había visto al cenizo reír tanto al punto de casi llorar, puede sentirlo, su corazón late, hay algo de sudor en su frente, las carcajadas son como música para sus oídos.

Sin embargo el momento feliz se vio interrumpido, tocan la puerta.

- ¡Oh! Parece que han llegado, se tienen que portar bien con nuestros invitados – beso la frente de cada uno de los menores.

Izuku está intrigado, ¿a quién podría estar esperando con tantas ansias? No debería pero los olfateo para averiguarlo.

Mientras tanto Kacchan abre la puerta, sonríe al verlos, está aliviado de tenerlos todavía.

- Joven Bakugo ¿cómo has estado? – dio la introducción nada más y nada menos que Toshinori Yagi, en otras palabras All Might.

- Más vale que todavía no hayas metido la pata, mocoso... – agregó Shota Aizawa.

- Yo espero que no ancianos, pasen, pasen – invitó el cenizo.

Antes de entrar Toshinori dio un pequeño brinco y miró a su alrededor; los presentes le miraron extrañado.

- Perdón creí oír a alguien gritar – rasco su nuca con nerviosismo.

Yagi no se había equivocado, Izuku había dado un grito al descubrir a las personas que fueron a visitarlo, ¿por qué? ¿Qué hacen dos de las personas que más admira con Kacchan? ¿Cómo sabían ellos que él está ahí?

A veces odia el cómo es, pero ¡oh no! NO se quedara de brazos cruzados, necesita saber qué se traen, así tenga que escuchar a escondidas.


Un roto para un descosido (DekuKatsu)Where stories live. Discover now