𝐕𝐈. 𝐰𝐡𝐢𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐞𝐫.

784 72 11
                                    

No había cosa que ella adorara más que volar, la hacía sentir libre y tranquila

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No había cosa que ella adorara más que volar, la hacía sentir libre y tranquila. Podía divertirse en esos momentos, y dejar que su dragón interior saliera.

-Māzigon nyke lo kostā (alcánzame si puedes)

-Māzigon kesīr (ven aquí) -fue todo lo que él le dijo, pasando a su lado esperando que ella lo siguiera.-

Llegaron a la cima de una colina, algo lejos del bosque real, un lugar en el que podrían estar solos y en paz por un rato.

-Sabes que no voy a casarme con ninguno de ellos. Tengo muy claro con quien quiero contraer matrimonio y formar una familia, creí que lo sabías.

Fueron las palabras que le dijo Rhaenyra a su tío  una vez que estuvieron tocando tierra, y se recostó contra caraxes quien ya había tomado posición para una siesta, con syrax a su lado. Segundos después el mayor se sentó a su lado.

-Te veían como si fueras un maldito pedazo de carne, como si fueras una presa. Fue completamente repulsivo tener que observar como te veían, escuchar todo lo que decían, y no hacer nada.

-Lo sé, pero tienes muy claro que eres la única persona a la que quiero. Yo no quiero conocer a otros hombres, solo te quiero a ti. -se acomodó para quedar así con la cabeza en el pecho del mayor, cerrando sus ojos al sentirse tan cómoda.-

De pronto el príncipe sintió calor en su corazón, su corazón de hielo estaba siendo derretido por el fuego candente de la princesa, sus palabras dulces y muestras de afecto lo tenían delirando el día el entero.

-Enderézate, quiero darte algo. -pidió suavemente a su pequeña dragona, observando cómo ahora ella mantenía su rostro viendo al de él. Sacó de su bolsillo una pequeña bolsa, y de esta un precioso anillo. Tomó la mano de la heredera al trono y colocó el anillo en su dedo anular, para luego besar su mano.- Pienso pedir tu mano una vez que lleguemos a Desembarco, y aunque sé que quieres que lo haga, me ha parecido correcto mencionártelo antes.

La Targaryen estaba con sus ojos abiertos y brillantes, observando la pieza en su dedo. Era simplemente un anillo hermoso, también de acero valyrio, con un precioso rubí bastante grande en el centro, y algunos pequeños toques en oro.

-Ya estabas tardando, me preguntaba si debía darte algún impulso para que lo hicieras. Tal vez coquetear un poco con algún lord o algo así.

-Sabes que no es necesario, mocosa. Solo quiero hacer las cosas bien. El matrimonio de mi madre y mi padre estuvo lleno de amor. Mi madre me contó que mi padre pasó un año entero cortejándola antes de que se casaran, y ella justo tenía diecisiete años cuando él pidió su mano. Podían casarse en ese mismo momento, pero mi padre decidió enamorarla. Quiero darte una experiencia tan hermosa como mi padre le dio a ella, porque lo mereces.

-Gracias, por hacer todo esto. No podría imaginarme a nadie más en tu lugar. -confesó la heredera al trono, acercándose peligrosamente a su contrario, hasta que sus narices quedaron rozándose.- Bésame, sé el primero y el último en esto y en todo, Daemon.

ɑvy jorrāelɑn; dɑemyrɑ.Where stories live. Discover now