La vida de la princesa Rhaenyra Targaryen luego de la muerte de su madre y el segundo matrimonio de su padre, sumando a esto, la participación del hombre que siempre ha sido y será el amor de su vida, Daemon Targaryen.
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𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋𝐎 𝐃𝐄 𝐑𝐎𝐂𝐀 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎́𝐍
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Ojalá hubiera sido todo como la princesa lo había soñado. Se despertó sola en su cama, pero a los pies de esta logró ver una camisa la cual olía exactamente como su amado, y así se dio cuenta de que él realmente si había ido a su encuentro, pero ella ya se encontraba dormida.
Con frustración se pasó las manos por el rostro, y decidió levantarse entre tambaleos debido al dolor de cabeza. Suspiró con pesadez y bebió un vaso de agua, justo cuando sus damas aparecieron por la puerta. Ellas le saludaron y comenzaron con los preparativos para el día de hoy, un baño caliente y un té con hierbas que ayudarían a su dolor de cabeza.
-Mi princesa, beba esto, le ayudará a sentirse mucho mejor.
-Muchas gracias, Elinda.
Pasaron aproximadamente quince minutos, antes de que un grito horrorizado resonara a lo lejos. Rhaenyra salió de la bañera y sus damas rápidamente la ayudaron a secarse y ponerle una bata que pudiera cubrir bien su desnudez. Por las órdenes de la princesa una de sus damas salió a hablar con su guardia, Criston Cole, quien extrañamente no se encontraba allí. Decidieron quedarse en la habitación y preparar a la princesa para que esta pudiera salir, a lo que oportunamente cuando habían acabado, la puerta fue tocada, y la Targaryen se encontró con nada más que Harwin Strong.
-Su alteza, me ha enviado el príncipe Daemon para escoltarla al salón principal, ha surgido un grave accidente.
-Dime ahora mismo qué es lo que sucede.
Salió de la habitación y las puertas fueron cerradas por sus damas quienes se quedarían allí, mientras ella sentía la confusión y curiosidad invadir su cuerpo. Comenzó a caminar con el hombre junto a ella, esperando palabras que no salían.
-No soy tan paciente como aparento, Ser.
-Princesa, el Príncipe Daemon...
-Estoy pidiéndole de forma amable que me informe de lo que sucede, no creo que esté dispuesto a ignorar un pedido hecho por su princesa heredera.
