𝐕𝐈𝐈. 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐬𝐥𝐞𝐞𝐩𝐢𝐧𝐠 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐬.

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La cena aquella noche fue tranquila, con risas y anécdotas aquí y allí, mucho vino, y era por esto que algunos estaban pasados de copas

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La cena aquella noche fue tranquila, con risas y anécdotas aquí y allí, mucho vino, y era por esto que algunos estaban pasados de copas. La mayoría se fue a dormir, mientras que un príncipe Daemon ebrio era llevado por la princesa Rhaenyra que no estaba sobria tampoco, pero si más que el príncipe.

-Vamos, Daemon, es hora de ir a la cama. -habló en voz baja, intentando que su tío la ayudara en la tarea de llevarlo a su tienda.-

-Duerme conmigo esta noche, mi preciosa Rhaenyra. -le dijo entre dientes en un tono bastante gracioso, haciendo reír a la princesa, pues él no era de llamarla por muchos apodos así de forma seguida.-

-Ayúdame, tengo que llevarte y luego irme a dormir yo también, mañana regresamos a Desembarco.

-Mañana en Desembarco pediré la mano de mi pequeña dragona, mi preciosa Rhaenyra. La delicia del reino es mía, y ya quiero que lo sepan todos los bastardos que la miran, es mía. -hablaba para sí mismo, poniéndose de pie y dejando que la joven heredera le tome el brazo para que caminen juntos en un intento de parecer en buen estado.- Estoy enamorado desde que los dioses me mostraron en un sueño que nos estábamos casando, después tenías una panza enorme, Rhaenyra, y luego tenías dos bebés del mismo tamaño, eran igualitos a mi, por eso eran tan bonitos, todos unos Targaryen.

Las palabras del mayor hicieron que ella se sobresaltara, pues había tenido el mismo sueño hace un año atrás. Sonrió sin ningún tipo de vergüenza, decidiendo no responderle y escucharlo tararear una canción que ella realmente no comprendía. Al llegar a la tienda del príncipe, lo acostó y decidió luego salir, yendo a su propia tienda, para así dormir también.
...

Era una nueva mañana, el cielo mostraba un nuevo amanecer, y ya todos estaban preparándose para partir a sus hogares. El rey y la reina estaban más que listos al igual que su hijo y el lord mano, tan solo esperando por los Targaryen faltantes.

-Ven, Aegon, ya es hora de irnos. -le llamó Alicent mientras se acercaba para tomarle la mano a un Aegon que se mantenía junto a syrax.-

-No, mamá, Nyra. -fue todo lo que dijo el pequeño, para luego hacer un tierno puchero, viendo hacia su madre.-

-Pero, mi pequeño hijo, Rhaenyra aún no sale, y ya nos iremos tu padre y yo.

-Aquí estoy,  hermanito. -le saludó la princesa, quien salía de su tienda para caminar hasta que llegó al lado de Alicent.- Por favor, pídele permiso a tu madre para regresar a Desembarco en Syrax, Aegon. Si ella dice que si, entonces puedes venir conmigo. -le habló ella con un tono dulce, mirando a su antigua amiga, antes de dirigirse hacia ella.- No me gustaría que Aegon haga cosas que tú no desees, eres su madre. Si tú decides que quieres a tu hijo en el carruaje contigo, entonces así será.

-Gracias, Rhaenyra, aprecio eso. -le contestó sorprendida la joven Hightower, dirigiendo la mirada a su hijo.-

-Mamá, syrax, por favor. -habló el Targaryen menor viendo a su madre, haciéndole ojitos.-

ɑvy jorrāelɑn; dɑemyrɑ.Where stories live. Discover now