𝐗𝐈𝐕. 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐭𝐞𝐩 𝐬𝐭𝐨𝐧𝐞𝐬.

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-Daemon, por favor entra en razón

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-Daemon, por favor entra en razón. -suplicaba el rey Viserys a su hermano.- No puedes llevarla a la guerra, es mi pequeña Rhaenyra, mi hija, tu prometida. Piénsalo, convéncela de que se quede.

Así es, era el día en el que el llamado "príncipe mano" así como aún también "príncipe canalla" y la "princesa heredera", abandonarían la fortaleza roja para acabar con la guerra que había iniciado la triarquia en los peldaños de piedra.

-Ya deja de intentarlo, hermano. -habló ahora Daemon, viéndolo con una pequeña sonrisa.- Yo lo intenté unas tres veces y luego me rendí, ella está muy segura de lo que quiere y no se detendrá hasta obtenerlo. Prefiero llevarla y asegurarme de que esté bien, a que ella vaya sola y algo le suceda en el camino.

Hubo un pequeño silencio entre ambos, hasta que el pequeño Aegon se abrazó a la pierna de su tío, quien ya se encontraba usando su armadura.

-Regresa pronto, por favor. -le dijo el niño, mientras lo veía con ojos tristes.- Cuida a Nyra.

Y como si el príncipe la hubiera llamado, la Targaryen mayor estaba saliendo del castillo, siendo anunciada, y viéndose como la verdadera reencarnación de Visenya Targaryen.

-Rhaenyra Targaryen, princesa de roca dragón, heredera del trono de hierro. -anunció el guardia más cercano a la puerta del castillo, haciendo que tanto el príncipe canalla como el rey pacifico sonrieran,un Targaryen más pequeño viera a su hermana con completa admiración, y una reina consorte viera a su mejor amiga con cariño y orgullo.

La princesa se encontraba vistiendo una armadura con tres dragones enlazados en su pecho, esta era enteramente de plata, y en su mano cargaba un yelmo idéntico al de su tío-prometido que simulaba ser un dragón, para acabar, portaba en su cintura una espada, junto a una daga. Su cabello estaba enteramente trenzado de forma perfecta, y su sonrisa era deslumbrante, al igual que la mirada de ilusión y decisión que transmitían sus ojos violeta.

-Ñuha jorrāelagon -suspiró Daemon, viendo a su amada.- Luces magnífica.

-Mi príncipe. -le saludó la heredera al trono con profunda adoración.- Es hora de partir.

Él tan solo asintió, y ambos se voltearon para despedirse de la familia que se quedaría en el castillo. Viserys intentaba ocultar sus lágrimas, más sin embargo era muy malo haciéndolo, por otro lado Alicent ni siquiera intentaba ocultarlas, y el pequeño príncipe Aegon, él tan solo sabía que la guerra era peligrosa pero emocionante, así que le sonrió a su hermana y la abrazó, antes de verla partir junto a su tío.

Se subieron a un par de caballos y llegaron hasta pozo dragón, donde Syrax y Caraxes ya se encontraban listos y a disposición de sus jinetes.

-Quiero que no te separes de mi en ningún momento. -el príncipe miraba a su prometida con cariño, mientras le acariciaba una de las mejillas.- Pasaremos por Marcaderiva, todos están ahí esperando por nosotros. Nuestros hombres y los de Corlys están listos para partir.

ɑvy jorrāelɑn; dɑemyrɑ.Where stories live. Discover now