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Jungkook  P.V.

Diablos, justo ahora tenía que aparecer la mamá de Jimin . No podía creer la suerte que tenia. Rayos.

La madre de Jimin  miró a su alrededor inspeccionando todo el lugar. No era nada nuevo, siempre lo hacía y siempre decía lo mismo. 

— Chicos, alguien debería limpiar este departamento más seguido.

Asentí como siempre y Jimin  apareció por la puerta de mi habitación/estudio totalmente sonrojado y vestido. 

—¡Hola, mami! —corrió para darle un gran abrazo, ese momento madre e hijo fue tan adorable como recordaba. 

— Estoy tan feliz de verte, mamá.

—Mi pequeño bebé.

Intenté no reírme a carcajadas «¿Pequeño bebé?» Ajam, Jimin  era todo un diablillo.

Me disculpé retirándome del lugar, era obvio que sería una visita muy larga y necesitaban un poco de privacidad.

—Jungkook , ¿no vendrás a almorzar con nosotros? —me preguntó la señora Park , yo negué.

—Lo lamento mucho, Hwasa, tengo una cita con un cliente, él quiere que escuche algunas de sus ideas, trabajo es trabajo —me encogí de hombros y tuve la oportunidad perfecta para mostrar un poco de mi frustración. 

Jimin  enarcó las cejas, nunca daba una excusa tan pobre, pero no quería arruinar el cuadro familiar, ya que no se me daba muy bien el estar en reuniones familiares y esas cosas.

—Bueno, cariño entonces suerte.

—Gracias. Pásenla bien.

Jimin  tomó el brazo de su mamá con cariño, lucia muy feliz.  

—Mamá, tengo que llevarte a un restaurante increíble que acabó de conocer.

—¡Esplendido! ¿Qué esperamos?

—Necesito cambiarme —rió Jimin  mirando su piyama.

—¡Pero santo cielo, Jimin ! ¿Aún sigues en piyamas? mira la hora que es.

—Ya mamá... —se quejó.

—De acuerdo, jovencito, ve a cambiarte y lávate los dientes.

—Okey —masculló infantil, y yo me reí cuando pasó a mi lado. Él me dio un leve empujón por burlarme.  

Minutos más tarde, Jimin  apareció con unos pantalones apretados y una camisa a cuadros. Santo cielo, allí va la mejor oportunidad de mi vida. 

—Nos vemos luego, Jungkook  —me dijo, y sin que su madre lo notara me dio un guiño.

Oh, estoy seguro de ello. Ahora no me quedaba más que ir a mi habitación y darme una ducha de agua fría. Mi día sería difícil, de eso no había dudas. 

La sensación de la suave piel de Jimin  contra mi cuerpo, y el sabor de sus labios, me atormentaría a cada segundo. Él sencillamente sería mi adicción, y no podía sentirme más feliz al respecto.  

Posa Para Mí, Hyung♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora