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Jimin  P.V.

Mi mamá no pudo ser más inoportuna, pero la amaba y por eso era capaz de perdonarle todo, incluso interrumpir un buen polvo con mi compañero de piso.

— Hijo, ¿cómo te va en la universidad?

— Muy bien mamá, dentro de unas semanas iniciaremos el proyecto de semestre. Es increíble, no puedo esperar a que eso termine, en serio, ya quiero graduarme.

—Que bien, hijo. Estoy muy orgullosa de ti y ánimos, pronto terminará —sonrió ella dulcemente, como siempre. 

—Gracias, mami  —tomé sus manos entre las mías y les di un beso—. Muchas gracias por venir, adoro almorzar contigo. Desde la última vez que viniste hace... ¿Dos meses? Eso es mucho tiempo, yo desearía poder ir a visitarte a casa. Ni siquiera he podido ir a la tumba de papá —me sentía mal al pensar en lo sola que debe sentirse en casa sin papá, desde que murió hace un año, ella ha pasado por momentos muy difíciles, pero mamá nunca dejaría nuestra vieja casa en Busan. 

—Cariño, no te preocupes. Entre la universidad y tu trabajo, debes descansar, sé que pronto vendrás a casa.

—Lo haré, mamá, te lo juro.

La mesera nos trajo nuestra comida y se retiró. Mamá y yo continuamos con nuestra plática sobre el trabajo, el departamento, incluso sobre Jungkook...

—¿Y cómo le va a tu amigo con sus pinturas? 

—Muy bien —comenté con un leve sonrojo. No podía dejar de pensar en mi trato con él. Estaba muy ansioso—. Va a ser muy famoso, lo sé, sus obras son realmente impresionantes.

—Pues me alegra, porque el muchacho tiene mucho talento.

Y yo esperaba que tuviera tanto talento en la cama, como lo tenía con el lienzo. —Sí, yo también lo creo.

[...]

Estacioné el auto frente a mi condominio. Necesitaba revisar mi celular. Desde que dejé a mi madre en su hotel alguien no ha parado de mandarme mensajes de texto cada cinco minutos, y aquello empezó a desesperarme. 

Revisé el primero, era de Jungkook.

«Tardas mucho, ¿irás a dejar a tu mamá en su hotel? xx»

El segundo.

«Te tengo una sorpresa, espero que llegues pronto. xx»

Y el último decía.

«Ya estoy duro, ¿Dónde estás? Jajaja xx»

Me reí con la bola de sandeces que me escribía, no podía creerlo. Sus idioteces me tenían duro. Así que no perdí más tiempo y le respondí.

«Ya estoy fuera de nuestro condominio, espero que sigas duro... xx»

Bajé del auto y de repente me entró un nuevo mensaje, no necesitaba adivinar de quien era.

«No tienes idea... xx»

No iba a admitirlo con nadie, pero entré corriendo por la puerta principal y presioné el botón del ascensor con saña. Mi pene empezó a palpitar con la imagen de Jungkook desnudo y caliente en su cama, o en la mía. Donde diablos fuera, solo quería que me follara ya.

Relamí mis labios con ansiedad hasta que las estúpidas puertas se abrieron. Corrí dentro y presioné el botón número cuatro repetidas veces.

No comprendo cómo no se nos ocurrió esto antes, si es más que obvia las ganas que nos teníamos. Rayos, ascensor apresúrate.

Cuando al fin estuve frente a la puerta de mi departamento, respiré profundo e intenté lucir sereno. Como si no muriera por follar con él.

Busqué mis llaves dentro de mis pantalones, no las encontré en los dos primeros bolsillos, empezaba a desesperarme, hasta que las hallé en mi bolsillo trasero. Entré al departamento y miré a mí alrededor. Nadie. 

Entonces lo busqué en su estudio/habitación y ningún rastro de Jungkook. 

¿Acaso me estaba gastando una broma? Eso era cruel.

Entonces abrí la puerta de mi habitación y allí lo vi. Jungkook se encontraba completamente desnudo sobre mi cama, estaba masajeando su erección con pereza, como si deseara mantenerlo así de firme, y en cuanto me vio dibujó una sensual sonrisa. Sexy. Sí, él era condenadamente sexy.

Sin quitar mis ojos de su mano, la que le daba placer, comencé por quitarme la camisa, no sin antes dedicarle una sonrisa de medio lado, y cuando me deshice de ella, mis manos volaron a mis pantalones y en cuestión de segundos estos se encontraron tirados en algún lugar de mí habitación, no importaba realmente donde estuviesen.

Bajé mis calzoncillos y me encaminé hasta él. Ambos guardamos silencio, no consideraba oportuno hablar. Gateé hasta quedar sobre él, Jungkook rió roncamente cuando me acomodé sobre su abdomen, y mi boca se posó sobre su pezón. Succioné, lamí y mordí juguetonamente antes de deslizar suaves besos por su barriga, luego su cadera y al fin me detuve frente a su miembro. Jungkook estaba muy bien dotado, me encantaba el largo y el hecho de que la punta de su pene tuviera una curvatura a la derecha. 

Lamí mi labio inferior mientras lo contemplaba, pronto le dediqué una sonrisa satisfecha con lo que mis ojos veían antes de tomar su miembro en mi mano y llevarlo todo el camino a mi garganta. Jungkook jadeó duro, incitándome a tomarlo completo y así lo hice.

—Jimin ... lo haces tan bien.

Chupé con avidez. Jungkook tiró su cabeza contra la almohada, mientras disfrutaba mis atenciones. Tenía tantos planes para esta noche, que no permitiría que mi querido amigo se corriera en mi boca y nos quitara toda la diversión. 

Deslicé la dura vara por mis labios, acariciando la cabeza con mi lengua. Las manos de Jungkook empezaron a acariciar mi cabello, enredando sus largos dedos en mis hebras, mientras sus caderas se contoneaban contra mi boca en busca de más de esa sensación que parecía gustarle tanto. 

—Jimin ... ah... —jadeó roncamente, luchando por mantenerse en su lugar, mientras me lo tragaba entero. Amplié mi garganta para darle la mayor satisfacción que pudiese imaginar. Deseaba que recordara esta mamada el resto de su vida. Además, quería que olvidara que alguna vez recibió una que no fuera la mía, más cuando su rostro lucia así de sexy y todo se debía a mí.

—¿Te gusta, Kookie? —le pregunté con la punta de su miembros entre mis labios, lo tomé entre mis manos y lo observé a la cara. Él me miró con una pequeña sonrisa afectada. 

—Mmm, sí. 

Sonreí satisfecho con su respuesta, y a la vez, con ese sonido de desespero y gozo que escuché con su contestación. 

— Y esto es solo el comienzo…

Posa Para Mí, Hyung♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora