PACIENCIA - 24/05/22

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Tras intentar desahogar todas y cada una de sus emociones en oraciones, esperando soltar un poco aquella cruz de culpa que su espalda ya no lograba soportar (y no conseguirlo); 192 horas atrás, aquel rayo de luz que había perdido volvió exigiendo un diálogo, el cual, culminaría (Para él), de buena manera. Así mismo, una tierna sonrisa de alegría cubrió su rostro por el resto del día.

72 horas más tarde, aquella fecha tan especial, estaba a minutos de llegar, y al no poder sentir felicidad alguna, escribió sobre ella... Se sentía a la deriva, completamente desorientado, pero aún así, la cálida luz no hizo acto de presencia. Entre un par de copas, videojuegos y sus pensamientos, no pudo hacer más que oír aquella canción una y otra vez durante 240 minutos, hartando a sus acompañantes y quedándose solo en casa.

Muchos pensamientos estuvieron presentes, y sin tener a quién darle gracias, ninguno llegó a concretarse... Y fue aquí, cuando a la mañana siguiente, tras pasar una noche en vela, decidió parar de narrar todo en tercera persona, y aceptar que era él aquel protagonista al que se refería en sus textos, y le pidió a la estrella unos segundos de su tiempo, para así decirle cuánto la extrañaba, las miles de palabras que le ha dedicado y le ofreció sus más sinceras disculpas; y dejó en claro, que, no sería capaz de pasar tal numeración, nuevamente, solo. Y sin más... Su última petición fue que no dijera nada si la respuesta a sus palabras era positiva, ya que él sabría qué hacer y entendería que tendría otra oportunidad. De esta manera, 120 minutos de espera transcurrieron y como esperaba, no hubo respuesta alguna...

Su alegría era incomparable, y para su buena suerte, logró verla feliz y hermosa como siempre, y de alguna manera (Que nadie logró entender), tuvo el mejor día de su vida en meses gracias a su luz. Consiguió empleo y patrocinio para sus proyectos, tanta espera dio frutos y todo el tiempo que había ensayado lo que diría, habia válido la pena.

Desde entonces, aquel poeta posee 65 horas de felicidad plena, y aunque tanto su entorno, como la misma estrella han tratado de arruinarlo, él no decae, sigue firme ante todo, con el presente tatuado en su ojo izquierdo, y dibujando con la convicción como bolígrafo, las líneas que en el futuro serán trazadas en el derecho... Esperando pacientemente a cumplir sus sueños y alcanzar su luz, para así por fin estar a su lado y dedicarle más que oraciones llenas de tristezas, soledad y arrepentimientos, y de esta manera, enseñarle lo que realmente es el amor.

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