Capitulo Tres ✯ "Un Rumor que Causa Mal Humor"

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La castaña soltó un suspiro una vez que llegó a su nuevo hogar, dejo las llaves a un lado y se dispuso a continuar con sus labores. Tenía que dejar al menos un 50% del lugar reluciente, antes de que sus muebles y ropa llegarán por la mañana.

[...]

Eran aproximadamente las 11:30 de la noche, Azul decidió tomar un descanso así que se encontraba tirada sobre la alfombra de la sala de estar, la música sonaba en sus audífonos y mantenía los ojos cerrados. Mientras cantaba un poco de la canción.

—  Ya olvidamos mil amores, ya pagamos un millón de errores... Para llegar aquí
Y yo sé... Que eres todo lo que yo pedí...
Lo que pedí. Donde quiera que estés, sé que eres perfecto para mí, solo falta conocerte... — Azul llevaba algunos meses cantando esa canción, sin saber que muchas veces lo que ves o escuchas, puede ayudar a manifestar eso en tu vida... En esa canción, se manifestaba una pareja, pero Azul era demasiado escéptica, únicamente la escuchaba por qué le gustaba y eso era todo.

Sin darse cuenta, la joven se quedó dormida.

Al día siguiente, Azul se removió incómoda y tenía un dolor de espalda terrible, y al abrir los ojos cayó en cuenta que estaba dormida sobre la alfombra, la luz de el sol le daba directamente haciendo que por un momento sintiera que se iba a quedar ciega.

Se incorporó y a tientas busco su celular, y su sorpresa fue que no lo encontro, ni siquiera sus auriculares que había estado utilizando en el momento que se quedó dormida.

— ¡No puede ser! — exclamó mientras se levantaba y miraba a su alrededor — ¡Yo me dormí escuchando mi puñetera música! ¡Y ahora resulta que no están mis audífonos y mi teléfono! — Azul se quitó la dona del cabello despeinado y volvió a levantarlo en una coleta, en ese momento el timbre sonó — ¡Mierda debe ser la mudanza!

Rápidamente trato de arreglar su aspecto y corrió a la puerta, efectivamente se trataba de la mudanza, lo que significaba más quehacer para ella, ahora debía acomodar todo pero también debía ir a trabajar pronto.

Los hombres dejaron todo dentro de la casa y se retiraron una vez terminado el trabajo. Azul soltó un suspiro y se sentó sobre uno de sus muebles, sin saber por donde comenzar a acomodar. El sonido de su celular la distrajo, pero realmente no sabía dónde estaba, así que con desesperación lo comenzó a buscar, hasta llegar a la cocina, dónde al abrir los compartimentos dónde se guardaría la despensa o platos, miro el celular, y los auriculares rotos. Al ver eso no pudo encontrarle una explicación lógica, a menos que ella fuera sonámbula y lo hubiera puesto ahí sin recordarlo, pero eso quedaba totalmente descartado, nunca fue sonámbula en su vida.

El celular continuaba sonando, se trataba de una de sus colegas y amigas.

— Hola Julie, ¿Que sucede? — pregunto tratando de sonar tranquila.

— Color, ¡Me debes una explicación! — comentó eufórica, ante eso Azul frunció el ceño, no por el hecho de que le haya dicho "color" en lugar de por su nombre, a eso ya se había acostumbrado, si no que ¿Cuál explicación le debía?

— No comprendo...¿De que hablas?

— Si ya se que tú primo es futbolista y uno de los más populares, pero jamás me dijiste que salias con Kevin Álvarez ¿Ya viste facebook? Alguien tomo fotos de ustedes dos en el auto de Kevin — Azul llevo su mano a su frente y soltó un suspiro, no podía creer que la gente tan rápido estuviera inventando cosas. — ¿Pues no que muy desafortunada con los chicos?

— A ver, a ver, para tu carro — hablo Azul — Te explicaría esto en persona, pero veo que estás muy alterada, no podrías estar en paz hasta que llegue a la oficina.

— ¡Me conoces! — exclamó — Por cierto, Daniela no se puso felíz por esto, dijo que él te engañaría cuando tenga la más mínima oportunidad, a lo que yo le respondí que estaba loca al pensar eso ¡Por Dios! Tu eres una mujer asombrosa.

Daniela era otra de las amigas de Azul, pero no era tan cercana como lo era Julie.

— ¡Julie! No estoy saliendo con nadie, él solo se ofreció a traerme a casa y eso fue todo, ayer les hice una entrevista a varios del club Pachuca. ¡Por favor! No compartan cosas falsas, no quiero estar en boca de todos, que incomodo — hablo con tono de voz cansado — Además Kevin no me importa en lo absoluto, es guapo si, pero no es mi tipo, si de por sí los hombres de mi edad están todos imbéciles, imagínate un niño un año menor que yo, ¡Ni Dios lo mande!

— ¡Ay si! Muchas quisieran estar en tu lugar— Julie hablo divertida.

— Pues les doy el lugar, pero a mí déjenme de crear romances con muchachos que nada que ver — hablo sonando un poco cabreada — ¡Ni me gusta!

— Todo lo que dices es por qué te gustan mayores, aceptalo, y sobre todo el nuevo director de entretenimiento — Azul abrió los ojos a mas no poder cuando escuchó eso, pero no sé sorprendído, Julie era muy observadora.

— Bueno... Eso no es importante, él me ve como una mocosa.

— No está mal eh, lo mejor de todo es que es soltero, sin hijos... De verdad, pocos hombres llegan a esa edad estando totalmente solteros — Azul se ruborizo.

— Julie, ¿Estás en la oficina?

— Si.

— Entonces no hables en voz alta por favor.

— ¿Por qué no? Que lo sepa Marco, así te dará un chance... — Azul golpeó su frente, quería matar a su amiga — Bromeo, no tardes mucho, tenemos mucho que hacer.

— Lo sé... Iré en poco tiempo.

— Vale... Y por favor no te molestes por lo de Kevin, haré algo para que lo dejen de difundir — comentó con voz tranquila.

— Si, aprovecha tus habilidades de hacker — Julie soltó una risa al escuchar eso.  — Nos vemos en un rato.

— Chaoooo.

Ambas colgaron el teléfono, la castaña saco sus auriculares todos rotos, aún tenía que buscar una explicación a eso, lo bueno es que esos audífonos no eran caros, los había comprado en el mercado de $20.

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Escribir me relaja, así que por eso les traje otro capítulo el día de hoy.

¡Díganme si les gusta, manas!

Canción que canta Azul en Multimedia.

El Deseo del Duende |Kevin Álvarez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora