Capitulo Veintitrés ✯ "Feliz, Felices Deseos"

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Azul C✯

¿Que es lo que era eso? ¿acaso era el duende que había estado todo este tiempo queriendo atrapar?... Aquel ser me miró fijamente, sus ojos eran tan oscuros que parecían un pozo sin fondo, además de que una sonrisa comenzó a asomarse en su horrible cara arrugada, la cual me hizo estremecer aún más, eran puntiagudos, sus dientes eran puntiagudos como lo eran las marcas en la comida que había encontrado muchos días atrás.

¿Que debía hacer? La verdad es que quería correr hasta mi habitación y encerrarme en ella, pero mis pies no me obedecían era como se hubieran quedado pegados sobre el piso, esto era lo que quería ¿No? Atraparlo. Cerré los ojos con fuerza esperando que al abrirlos desapareciera.

Acércate — escuché una voz en mi cabeza, no era mía... Era como si aquel duende me hubiera hablado por telepatía. — Déjame salir... Si lo haces... Te consedere un deseo, puedes tener lo que quieras, solo devuélveme la libertad y te dejare tranquila.

Volví a abrír los ojos sorprendida, el ser escalofríante seguía ahí, mirándome fijamente como si esperara una respuesta. ¿De verdad esto era real? ¿Sería buena idea acercarme? Mis pies comenzaron a moverse en contra de mi voluntad hacia la dirección de la jaula, quería detenerme, pero era inútil... Era como un imán que me llevaba a él. Al estar frente a frente, sentí un ligero sudor recorrer mi frente, aquel hombresillo me sonrió, daba gracias a Dios que estuviera encerrado.

El duende soltó una pequeña risa que me hizo estremecer de miedo, y después hablo, horrorizada lo mire.

Dime que quieres, lo que sea te lo daré, te dejare tranquila, pero también hay un precio. Yo decido cuál es.

— No quiero... — ¿De verdad iba a desperdiciar el deseo? ¿iba a decirle que no quería nada?... — ... ¿cuál es el precio? — si el duende se iba de la casa estaría tranquila, pero aún me conflictuaba ese precio.

¡Primero dime lo que quieres! — comentó — y te diré lo que pagarás.

Parpadee un par de veces ¿Que es lo que quería en verdad?... De pronto recuerdos de mi familia reprochando que yo nunca había conseguido un novio, que me quedaría para vestir santos se hicieron presentes en mi mente, mi poca suerte en el amor era lo que más me angustiaba. Pero también se me cruzó por la mente Marco ¿Y si deseaba que solo fuera mío?... Noo... Eso podía ser muy arriesgado, no por que no lo quisiera, si no por que ¿De verdad lo amaría por siempre?

¿Tener mucho dinero? Realmente no soy tan ambiciosa, ni tan avara para querer todo para mí, además tenía un trabajo donde no ganaba tan mal... ¿la paz mundial? Posiblemente fuera un buen deseo, pero... ¿que es lo que buscaba yo? ¿que era lo que más hacia falta en mi vida?... Sentirme amada y querida, eso es lo que faltaba en mi existencia.

No pienses tanto... Las cosas más difíciles tienes un precio mas alto ... Algo simple. — se escuchó los voz de aquel ser, lo que me hizo volver a la realidad, lo mire con temor... Al mirarlo, realmente volvía a sentir esa sensación de terror.

Trague saliva y entonces estuve segura de lo que quería, encontrar al chico que sería el amor de mi vida, si, eso era lo único que buscaba, el amor, solté un suspiro y abrí los labios para hablar.

— Yo quiero... — mi corazón estaba latiendo demasiado rápido — Deseo encontrar al hombre de mi vida, que los chicos me demuestren interés y ganas de estar conmigo, que yo pueda escoger al mejor postor que cumpla mis expectativas... El hombre perfecto.

¿Sone muy ambiciosa? Al parecer si, pero a decir verdad, con ese deseo podría encontrar al hombre perfecto. El hombrecillo me dedico una sonrisa, de esas que esconden malas intenciones mientras hacía un extraño ademán con sus manos.

El Deseo del Duende |Kevin Álvarez|Where stories live. Discover now