[13]

439 57 37
                                    

Ya es febrero, queridas, y la autora lo sabe.


Febrero.

●●●

Febrero 1, 2013

Los días pasaron rápido desde que abandoné el hospital y mi compañero y yo seguíamos sin tener rastros de nuestro capitán, aunque no dejaba morir mi esperanza.

Debía decir que mi cercanía con Nivans había mejorado, aunque no podría decir de la forma en que más me gustaría. Podía vivir con eso. Ya no me sentía tan culpable por dejarlo dormir en el sofá, pues desde que Jill regresó a los Estados Unidos, Piers comenzó a utilizar su habitación. Y, quizá, como consecuencia de mi recuperación (de la cual no me podía quejar), mi compañero se ofreció a realizar las tres comidas del día, permitiéndome descansa y dejándome en claro, como mi superior, que era imprescindible mi recuperación.

Y Piers superaba a Redfiedl si de cocinar hablamos.

Debía admitir que mis días con él era maravillosos siendo tan solo simples compañeros de equipo, pero aquello no me podía arrebatar los pensamientos que tenía sobre el futuro y lo que sucedería en él. No sabría si lograría salvarlo o si haría las cosas bien...

Esa mañana me levanté más temprano que de costumbre, había planeado hacer el desayuno antes que Nivans aunque mis habilidades culinarias no fueran las mejores, quizá como un gesto atrasado de su cumpleaños, pero también por mero gusto mío. Unos hot cakes eran lo mejor para empezar aquel día y esperaba no volar en pedazos la cocina pretendiendo hacer un manjar para él.

Se había quedado dormido en su habitación, quizá el cansancio se apoderó de él completamente para no escuchar su alarma esa mañana, pero, seguro, que el olor a comida lo despertó, viéndose como el perdedor por esa ocasión. No obstante, mientras yo me mantenía en la cocina, Nivans no pudo evitar pensar en varias cosas y en algunas de ellas se decía que tener mi compañía era genial, incluso divertida, y no se podía explicar cómo no había sido así desde el inicio.

Se quejó por la suerte que Andy y los demás tenían mientras se vestía para iniciar ese día como los demás y salió de la habitación llegando hasta donde me encontraba. Yo en ese momento estaba tan concentrada que no me di cuenta de la mirada que me regaló, apreciando mi vestimenta desaliñada esa mañana, podría decir que era semejante a como me vio en año nuevo. Tomaba café y miraba por la ventana, tal vez yo pensaba la forma de encontrar a Chris o simplemente me relajaba, pero Piers no evitó tener algunas sensaciones extrañas, junto a unas inmensas ganas de abrazarme...

¿Por qué? Ni él mismo podría explicárselo.

—Parece que me has ganado —dijo como una forma de escapar de sus pensamientos y llamar mi atención.

Me asustó, y quizá le pareció gracioso hacerlo hecho.

—Por tu culpa casi me quemo la boca —le reclamé a modo de juego, tomando con ambas manos mi taza de café humeante.

—Lo siento —se disculpó y en su rostro se dibujó una sonrisa que me robó el aliento en cuanto la vi.

Una que desearía poder ver todos los días.

Dejé la taza de café sobre la mesa y preparé el desayuno, pero eso no me quitaba la sensación de ser observada por Nivanas. Seguía cada movimiento y me ponía nerviosa, creyendo que podría tirar algo si no me concentraba. Me apresuré a servirle el desayuno deseando que con ello su atención se desviara de mí y quizá lo logré en cuanto vio lo que escribí sobre el último hot cake.

Mundos diferentes (RE 6) |Piers Nivans|Where stories live. Discover now