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Octubre, 2019

El gélido aire de la tarde de otoño golpeó mi rostro meciendo mi cabello, la suave brisa rozó mis mejillas obligándome a cerrar los ojos imaginando las caricias de Nivans antes de darme un beso.

A pesar de mi vestimenta un tanto abrigadora para la temporada, el frío lograba calar mi piel. Mis manos buscaban el calor en el envase de unicel que contenía mi café. Las ahuequé a su alrededor sintiendo la calidez del líquido en mis palmas y un escalofrío agradable recorrió mis brazos haciendo que una pequeña sonrisa surcara mi rostro.

Podría haber aceptado la invitación de Nelly quedándome en su negocio y consumir ahí, pero mi gusto por el frío y la bella vista que dejaban las hojas en el suelo, pintándolo de naranja y café deslizándose en él, me decían que debía tomarlo afuera y disfrutar de la tarde. Las ramas de los árboles desnudas se mecían con las ráfagas de viento más fuertes a su altura tirando las últimas hojas que el otoño se encargó de secar para dar paso al invierno. Caminé con calma por el piso de piedras de cantera apiladas formando figuras en el suelo. Observé todos los alrededores notando los pequeños cambios que habían tenido con el paso de los meses, algo no tan relevante para algunos quizá.

Mis pies se detuvieron cuando mis ojos se enfocaron en el antiguo puesto de videojuegos. Cerró dos días después que regresé y aquella conversación con el joven que deseaba evitar la compra del videojuego regresó a mi cabeza, pues tuve una charla con él que aclaró casi mis dudas dejando solo una y que él mismo provocó...

Oye, necesito hablar contigo.

Una mano me detuvo al posarse en mi hombro. Recuerdo el escalofrío que recorrió mi cuerpo al tener la sensación de ser un asaltante. Giré con cierta rapidez para encontrarme al chico que me vendió el juego tiempo atrás.

Veo que lo lograste —habló sin esperar a que dijera algo, tan siquiera un saludo—. me alegro que hayas regresado —mostró una ligera sonrisa, observándome de pies a cabeza.

¿Disculpa? —fue lo único que pude decir, pues no me dejó articular alguna otra frase o pregunta.

Quizá tengas muchas dudas, ahora las resolveré.

Me tomó de la muñeca y me llevó hasta una banca del jardín, no fue para nada brusco y yo no presenté resistencia alguna, porque una parte de mi quería saberlo todo.

Por lo que veo, has logrado salvar al teniente, ¿No? Ese rostro maduro me dice que pasaste mucho tiempo en esa dimensión —inició su plática al tomar asiento en la banca de metal, asentí con vacilación preguntándome cómo es que él sabía tanto. —La cicatriz de tu pierna se debe a que, además de estar en otra dimensión, viajaste en el tiempo. Los sucesos del videojuego ocurrieron en el año 2013 y nosotros vivimos en el año 2019. Es difícil comprender al inicio, pero así es. Y también eso explica por qué en este mundo solo pasaron algunas horas, seguro que lo notaste. Por ello es que encontraste una cicatriz en lugar de la herida recién hecha...

Le miré perpleja, tratando de comprender cada una de las palabras que salían de su boca, intuyendo que él también vivió algo parecido y que quizá no lo logró. O tal vez tenía el deber de elegir a una persona en específico, por ello deseaba evitar la compra. No podría estar segura, y tampoco tuve la oportunidad de preguntárselo.

Quizá te sorprenda el hecho que sepa de tu cicatriz ¿no? —me mostró una sonrisa tranquila—. Es fácil suponer que tu saliste herida al salvarlo, además te he mirado y constantemente acaricias tu pierna y en ocasiones caminas insegura.

Mundos diferentes (RE 6) |Piers Nivans|Where stories live. Discover now