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La realidad

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Lo último que Nivans vio de mí, fue la silueta de mi cuerpo formado por partículas de luz que se desvanecían hasta a pagarse, y permaneció en su sitio hasta creerse la idea de que yo me había marchado de su lado. De su vida. De su mundo. Quiso resguardar un poco más el calor de mi cuerpo en el gélido aire de esa noche, hasta que le fue arrebatado.

Sin embargo, se obligó a regresar a su auto, perdido en sus pensamientos sin poder asimilar lo sucedido tan solo minutos atrás y mucho menos tres años de haber vivido con mi presencia. Se dijo que tal vez el tiempo conmigo hubiera sido más largo si me hubiese encontrado aquella noche en lugar de Chris y quizá hubiese vivido en su departamento. Tal vez así se hubiese enamorado antes de mí.

Pero las cosas habían sucedido de otro modo y no podría estar inconforme con ello, porque aún así terminó por enamorarse de mí. Pero quizá, a partir de esa noche, comenzaría a detestar continuar su vida sin mí esperando a que yo siempre estuviese bien en mi mundo.

Mientras tanto yo recobraba la conciencia. La luz matutina se filtraba por las traslucidas cortinas de mi departamento e iluminaba mi figura en el suelo, pero yo no podría darme cuenta de ello, tal vez el viaje entre mundos agotó mi cuerpo y mi mente al punto de dejarme desorientada. No obstante, lo que pasaba por mi mente era la idea de estar en el departamento de Redfield, despertando tras tener un duro entrenamiento el día anterior.

La frialdad del suelo quizá me ayudó un poco a recobrar conciencia de mi entorno y la estancia me dejó de ser familiar por un momento porque yo aun seguía dentro del mundo del videojuego, en el departamento de Crhis.

Pero luego comprobé que estaba de vuelta en mi realidad.

Lejos del amor de mi vida.

Creo que me quejé un poco al querer ponerme de pie y tosí un par de veces al inhalar el polvo del suelo durante mi esfuerzo. Me incorporé aún sin ponerme de pie y observé todo mi alrededor con asombro, con cierta alegría y emoción... pero sin dejar de pensar en la vida que forjé dentro del mundo del videojuego. Una sensación de nostalgia me invadió el pecho y un par de lágrimas se escaparon por el recuerdo que solo quedaba en mi corazón.

No obstante, el golpeteo del mando sobre el piso me regresó a la realidad. Su vibración era semejante a aquella que solía tener cuando el personaje sufría daño o se exponía a algún suceso que representara un riesgo. El ventilador de la consola se mantenía en funcionamiento y el recuerdo del momento en que fui llevada al mundo del juego llegó con poca nitidez.

La consola nunca se apagó.

Cuando quise ponerme de pie, la sensación de dolor en mi pierna me invadió repentinamente, y me impidió levantarme. Con duda, revisé la zona y solo pude encontrarme con una gran cicatriz que podría recordarme el resto de mi vida esos tres años que pasé dentro del videojuego, aunque en mi mundo real solo hayan sido unas horas, tal vez.

—¿Cómo es posible que...?

Murmuré sin poder salir del asombro y, al instante, la consola se apagó por sí sola. Con duda me puse de pie por el simple hecho de revisarla y cerciorarme de que estuviera apagada, y así fue; sin embargo, aquello me provocó una sensación de vacío porque aquello podría significar que toda posibilidad de ver a Nivans, aunque fuera como un personaje que reviviría su muerte una y otra vez, desaparecería, pues, tras presionar el botón de encendido y no tener respuesta, llegué a la conclusión de que la consola había dejado de funcionar.

Quizá eso fue suficiente para hacerme entender que estaba de vuelta en mi realidad. Y me sentía feliz, o creía que lo estaba. Me decía que aquello era todo lo que había deseado apenas me percaté de que estaba en otro sitio. Quería sentirme feliz por saber que podría ver a mi familia luego de tanto tiempo... pero la verdad era que extrañaba a Nivans y el mundo que había vivido con él.

Mundos diferentes (RE 6) |Piers Nivans|Where stories live. Discover now