Capítulo 11

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Ya han pasado tres semanas, y Katsuki se siente como en el puto cielo, puede asegurar sin ningún tipo de vacilación que Izuku es el mejor novio del mundo.

Habían tenido varias citas más, todas igual de increíbles: picnics, días en la playa o piscina, restaurantes, películas en el cine, Katsuki atesora cada uno de esos momentos en su mente, junto a la hermosa sonrisa de Izuku en ellos.

Su relación va genial, recuerda toda las cosas que a su pecoso novio le gustan, y suele darle regalos regularmente como compensación por los días que no han podido estar juntos o a tenido que cancelar alguna salida por dar un concierto.

Sus conciertos son casi siempre por las tardes, acabando a altas horas de la noche, pero aún así esa misma noche vuelve a Tokio para estar junto a su novio, sí, suele dar conciertos en varias partes de Japón, no son tantos, en estas tres semanas solo a dado seis, lo hace porque tiene que emocionar a la gente para el concierto en la torre de Tokio, o eso dijo su manager.

Aizawa no le ha dado problemas con respecto a que casi no está en el hotel, y aunque le ha preguntado varias veces, evade su pregunta, no se siente listo para decirle que se encuentra en una relación seria, no quiere escuchar un escándalo de Shota diciéndole que no debe distraerse.

Pero le ha mantenido satisfecho como para que no le insista tanto, a escrito muy buenas canciones en este tiempo, la mayoría románticas, dedicadas a su dulce rol de canela.

Por si no les he dicho, está viviendo con Izuku, si, lo sé, seguro piensan que es demasiado rápido para esto, pero no les importa, es su vida y ellos deciden como vivirla.

La primera semana se la pasó metido en el departamento del peliverde, y en determinado momento su ropa se encontraba en el closet junto a la de su novio, su cepillo de dientes en color naranja junto al de Izuku en el baño e incluso tiene su propia taza para café. Duermen juntos cada día y aunque está recibiendo clases de cocina del peliverde sabe que no es lo suyo, pues no a mejorado en lo más mínimo. ¡Está seguro que si fuera posible se le quemaría hasta el agua!

Suele esperar a que Izuku vuelva de la universidad escribiendo canciones, viendo la tele o haciendo cualquier otra cosa que logre entretenerlo.

En cuanto Izuku entra por la puerta va a recibirlo con besitos y mimos.

Está agradecido con su pareja por darle una oportunidad, y ahora para demostrarle a Izuku que está cambiando por él, está preparando una gran sorpresa que está seguro le encantará.

Ya puede ver el rostro de Izuku iluminado por la felicidad y su gran sonrisa de oreja a oreja mientras le da las gracias emcionada y lo llena de besos.

Aaaah, no puede esperar para enseñarle su sorpresa.

Lo bueno es que ya no tarda en llegar el día en que se la enseñará, de hecho será en dos días, un sábado, le pedirá a Izuku ir a una cita, y si nada falla lo guiará hasta el lugar donde acordó se encontrará su sorpresa.

A tenido que mover unos cuantos contactos para poder conseguirla, pero vale la pena si es por su ángel.

La mente de Katsuki dejó de divagar en sus recuerdas de las últimas gloriosas mejores semanas de su vida y dirigió su atención a la persona que acababa de abrir la puerta.

Pudo oír un suspiro cansado y los pasos de su novio, por lo que se puso en pie enseguida con una enorme sonrisa en el rostro, y acercándose a él, que colgaba su abrigo en el perchero junto a la puerta, lo abrazó por detrás, pegando su cadera al esponjoso tracero de su pareja.

—¡Ayh! ¡Kacchan me asustaste!—Gritó Izuku, un poco exaltado y riendo mientras recibía besitos en el cuello.

—Te extrañé—Katsuki murmuró, y a el peliverde no se le pudo hacer más tiernas aquellas palabras, así que levantó su mano y acarició con cariño los suaves cabellos de su novio, el cual tenía la cabeza metida entre el hueco de su hombro y cabeza, aspirando y besando su cuello, y por supuesto dejando uno que otro pequeño chupetón.

Voy a Quedarme (BakuDeku)Where stories live. Discover now