Capítulo 17

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Izuku sentía el sudor frío correr por su espalda, su madre estaba frente a él, mirándole con reproche y esperando pacientemente a que le explicara. Se encontraba ya sentado en el sofá, con la mirada baja, nervioso y ansioso, pensando que decir mientras la intensa mirada de su madre, que se encontraba de pie, lo ponía aún más nervioso.

—Izuku... espero que de verdad no le hayas entregado tu cuerpo a ese muchacho sin conocerlo...—Habló Inko, al ver que su hijo no sabía que decir al respecto—Yo no te enseñé esas cosas hijo... Yo te enseñé a amar y entregarte si eres amado de vuelta...

Izuku suspiró cohibido, levantó la mirada y observó a su madre aún con los nervios a flor de piel.

—No me he acostado con él mamá...—Murmuró el peliverde—Es mi novio, llevamos un mes saliendo—Inko suspiró sonoramente, claramente más calmada.

—¿Y por qué no me habías dicho nada?—Preguntó, cruzándose de brazos y mirándole de forma severa.

—Ammm... ¿Lo olvidé?—Ante la respuesta de su hijo, Inko dejó caer sus manos a cada lado de su cuerpo, sintiéndose más liviana y menos preocupada.

Se sentó y admiró con cariño el rostro de su hijo, acunándolo entre sus manos.

—Esta bien amor—Murmuró, como la madre amorosa que siempre había sido—Aunque debiste recordarlo, o aunque sea regresarme las llamadas ayer, estaba muy preocupada.

Izuku sintió sus ojos aguarse al ver a su madre tan cansada y preocupada.

—Lo siento mucho mamá—Respondió el peliverde menor, envolviendo sus manos al rededor de su madre y abrazándola con amor.

—Estaba muy preocupada cuando oí esas cosas horribles sobre ti y el chico rubio ese—Dijo Inko, apretujando a su retoño entre sus brazos.

Mientras los peliverde tenían su bello momento de madre-hijo, la puerta sonó abriéndose.

—¡Deku!—Gritó Katsuki en cuanto entró, cerrando la puerta tras de sí y quitando sus zapatos. Extrañado de no escuchar respuesta ni ha un bonito pecoso corriendo a recibirlo—¡¿Deku estás aquí?!—Volvió a gritar, esta vez obteniendo una respuesta de su novio.

—¡Voy Kacchan!—Respondió Izuku, caminando junto a su madre hacia la puerta.

Cuando el peliverde se hizo visible en el pasillo de la entrada, el rubio sonrió y abrió los brazos esperando a que su bello novio corriera a abrazarlo.

—Estúpido Deku pensé que no estab-

Sus palabras se cortaron en cuanto notó otra presencia en la habitación, una mujer peliverde, un tanto rechoncha y unos centímetros más pequeña que su novio lo observaba con el seño fruncido.

No tardó en unir los puntos y darse cuenta de quien se trataba, por el increíble parecido estaba al ciento seguro que era la madre de su pareja.

Bajó sus brazos con lentitud, y sintió los nerviosos comenzar a atacarle ante la mirada intensa que su suegra le estaba dando.

Cuando el peliverde se encontró frente a él, lo abrazó con fuerza y estiró si cuerpo hacia arriba, levantando su cabeza esperando a que su novio rubio le diera su besito de llegada. Pero su novio parecía estar más concentrado en su madre que los miraba con los ojos entrecerrados.

—Es mi mamá— Susurró el peliverde, solo para ser escuchado por su novio.

—Se nota—Respondió Katsuki, también entre susurros—¿Por qué nos mira así?—Volvió a susurrar, esta vez bajando la cabeza hacia su pareja.

—Está un poco enojada—Anunció Izuku, separándose de su pareja después de besarle la mejilla con amor, se giró hacia su madre y se dispuso a presentarlos—Mamá este es Katsuki Bakugou, mi novio.

Voy a Quedarme (BakuDeku)Where stories live. Discover now