💊 | - Capítulo 15 / - .

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18 de febrero. 11:24 pm.

Solar Flare, Pétalos y dudas

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       Era evidente que la planta no aguantaría mucho más si nadie la atendía.


       —I-iré por ayuda, ¿está bien? Encontraré ayuda cercana. Quiero que te quedes aquí, ¿P-puedes hacer eso por mí?


       El dolor me superaba. Tan solo podía recitar el protocolo de siempre que había practicado como soldado de L.E.A.F. hacía algún tiempo.

       —Hagas lo que hagas. No te rindas, ¿Está bien? Pronto te encontrarás mejor, te lo prometo. Solo espera aquí. Te juro que regresaré, ¿de acuerdo?

       A pesar que no me pudiera escuchar, yo sentía en lo más profundo que ella necesitaba saberlo.

       Corrí lejos con la promesa que volvería a por ella. Estando en una zona libre de obstáculos, me comuniqué con L.E.A.F. con mi dispositivo de la organización.


       —¿Alguien puede oírme? Estoy muy lejos del cuartel general. ¿Alguien me oye?

       —Solar Flare, ¿Ocurre algo?

       —¡¡Appy!! ¡¡Qué bueno que puedo comunicarme contigo!!

       —Solar. ¿Te encuentras bien? ¿Por qué es que nos llamas?

       —Oh, Appy, ¡¡necesito ayuda!! Hay una planta muy malherida que necesita atención médica urgente.

       —¿Q-qué? ¿D-donde te encuentras? ¡Enviaré ayuda lo más rápido posible!

       —E-estoy... no lo sé, Appy. ¿Puedes rastrearme?

       —Claro, solo necesito tu autorización.

       —Está bien, te lo autorizo.

       —Entendido. Solo dejame... ¡Ajá! Te encuentras en Darkbirth, ¿no?... ¡¿Qué rayos hacen en Darkbirth, Solar?!

       —No lo sé... solo... ¡¡solo sé que necesito de un médico, Appy!!

       —Tranquila. Ya envié a una unidad desde que hablábamos. Va en camino, y va lo más rápido posible, ¿está bien?

       —¿En serio? ¡Oh, Appy! ¡Gracias!

       —De nada... Oye. Solar... ¿Tú te encuentras bien?

       —¿Eh? ¿P-por qué lo preguntas?

       —Solar... Solo necesito saber si tú te encuentras estable también. Conoces los protocolos y necesito confirmar que...

       —E-escucha, s-solo estoy preocupada por esta planta, ¿Ok?

       —No te preocupes. La ayuda va con toda la prisa, y también conocen los mejores atajos. Pronto ella como tú estarán de lo mejor otra vez. Te lo garantizo.

       —Eres el mejor, Appy... En serio gracias.

       —No es problema, Solar Flare. Si tu amiga tiene heridas externas, sigue los protocolos de L.E.A.F. También puedes utilizar tú propia camiseta si así lo amerita: recuerda sus propiedades desinflamatorias de su material.

       —De acuerdo, Appy. Gracias. Te llamo luego.

       —Cuídate, Solar. Y llama si necesitas algo más.

       —¡Muchas gracias, Appy! ¡Adiós!

       Colgué rápidamente, mis lágrimas casi habían desaparecido por completo. Sonreí de esperanza y volví con mi compañera en busca de atender sus heridas.


       —Escucha, amiga. La ayuda ya viene en camino, ¿sí? ¡Ya viene en camin-¡


       Un golpe, un fuerte y devastador golpe fue la acción que no me dejó terminar con mi oración. Lanzándome hacía el otro extremo de la cuadra. Impactando con la pared de uno de los edificios y creando un agujero agrietado alrededor mío. Caí al suelo después de eso. Escupí de nuestra sangre a la acera, y también, me brotaba un poco de ella en la cabeza.

       Había sido golpeada directamente de una forma brutal y no podía ni siquiera volver a recuperar la razón ni la noción de las cosas. Me quedé en el suelo, agonizando con el dolor, y por un momento creí que me desmayaría.

       Y luego pensé en aquello, en aquel fuerte golpe. No había sido uno normal, no había sido el golpe de un puño, había sido el golpe de algo duro. Quizá era un arma. La gravedad del golpe me había atontado por completo y no podía ni siquiera tratar de pensar.

       Luego, recordé la textura de aquel objeto. Áspera pero reconocible al tacto. De repente, todo aquello cobraba sentido. Mis gritos, el silencio, el repentino golpe: Me habían clavado una emboscada.

       Y los detractores no eran nada más y nada menos que unos Zombisteins brutos y sus postes de electricidad.

       Lo supe cuando se aproximaron a mí, y los pude divisar con la mirada. Creí que ahí acabaría. Aún deliraba y no conseguía colocarme de pie. Había aceptado la derrota sin más, pues simplemente era la única posibilidad, y estaba ya lista para rendirme y perder contra los zombis.

       Y luego pensé en la planta misteriosa.


       En su esperanza. En su afán por aferrarse a la vida.

       No la iba a abandonar, no cuando aún anhelaba una segunda oportunidad.

       Y, ¿En serio?

       ¿Después de todo lo que había pasado ¿Rendirme así sin más?


       No, nunca.

       Tomé una bocanada de aire, y con la fuerza de mis brazos me levanté poco a poco hasta reincorporarme torpemente de nuevo.

       Me coloqué en mi posición de batalla. 3 zombisteins amenazaban con aguardar mi futura muerte.

       Jadee un par de veces. No me sentía en condiciones de lugar. No con mis heridas anteriores y ahora las actuales.

       Pero aquella planta, contaba conmigo, contaba con todo L.E.A.F.

       Flexioné mis piernas. Mi irá, enojo y valentía se convirtieron en una vivaz llama que me inundó enteramente. Las llamas encendían en audaz armonía y viveza. El dolor había desaparecido, y lo había remplazado un vil y gran sentimiento de adrenalina.

       No la decepcionaría. Ella tendría que volver a casa. Sana y salva.

🌹 Plants vs Zombies Bitácora SEED #1: Una misión y un rescate. [ Alpha ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora