🪦 | - Capítulo 31 / - .

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14 de Marzo. 8:02 pm.

Sophie, cara de la creatividad, en la inmadurez

《 ✿ ══ • ⋅◈⋅ • ══ • ● • ══ • ⋆★》


         Salimos afuera del edificio. Había ruido y murmullos por todas partes. Varios zombis, así como varias plantas discutían y trataban de predecir lo que el Dr. Zomboss diría en el discurso. Algunas plantas y zombis me empujaron y casi me hicieron caer, pero Pearren me sujetaba tan fuerte que caerme era algo imposible. Gracias, hermano.

          Nos colocamos con sangre y saliva en las primeras filas. El escenario se veía completamente vació, pero el atril del Jefe Zomboss ya se encontraba en su sitio, y varios zombis se organizaban en la esquina del telón. Esto se pondría interesante, nunca había estado en una de las conferencias de Zomboss, pero todo indicaba que el Dr. tenía noticias para todos, incluso para los simples reclutas como nosotros.

          No podía contener la emoción, y sacudí a Pearren, muy feliz. Éste solo se mostró incómodo. Ya me empezaba a molestar esa actitud reciente. Me lance encima de él, y le traté de hacer cosquillas para que cambiara de mueca. Pearren solo gruñó y me lanzó hacía el suelo. Amargado.

          Me molestaba que, a pesar de haberle hecho gracia, él estuviera tratando de ocultar su sonrisa con una expresión gris y apática.


          —¡¡Cúralo, por favor!!


          —¿S-sophie?


          Una desagradable sensación revolvió mi estómago. No quería pensar en ello, y estaba segura de que Pearren tampoco. ¿Sería eso lo que estaría causando su mal humor tan reciente?

          Mi mirada se entristeció. Quise tratar de hablarle, pero algo me detuvo. Pearren estaba fuera de mi alcance en esos instantes, y yo no tenía las agallas suficientes para enfrentar ese tema, aunque en un futuro tuviéramos que enfrentarlo juntos inminentemente.

          Mi mano entonces se alejó de mí. Aunque no pudiera hablar con él, aunque no pudiera hacerlo sentirse mejor, le haría saber que yo estaba allí para él.

          Entonces, mi mano se extendió, hasta alcanzar la suya. La estreché y la sujeté con fuerza. Él volteó a mí, conmocionado. En sus ojos se reflejó sorpresa y asombro, los míos reflejaron brillos y tristezas compartidas.

          Fue entonces cuando lo entendí. Él y yo éramos hermanos, y eso nunca cambiaría más si evolucionaría y se convertiría en algo cada vez más significativo para nuestras vidas como seres existentes en la misma orbita.

          Aunque todo el universo se opusiera en nuestra contra, aunque todo se quebrara y solo quedaran escombros y polvo, nos tendríamos el uno al otro para enfrentar a los problemas. Él siempre estaría junto a mí y yo siempre estaría junto a él.


          Sonreí entonces. Y él, mirándome tiernamente, finalmente devolvió mi sonrisa

          Yo era su hermanita.

          Y él era mi hermano.

          A veces la familia puede ser lo único que importa en este mundo.

          Y Pearren.

          Pearren era mi familia.

          Él era lo único que me importaba en este mundo.


          Un sonido desafinado de trompeta interrumpió nuestro bonito momento de reconciliación. Un zombi soldado soplaba con fuerza hacía el oxidado artefacto, pero terminó quedándose sin aire rápidamente y comenzó entonces a toser frenéticamente por unos segundos. Cuando recuperó su compostura, se colocó erecto y se llevó la mano hacía la cabeza, realizando el saludo que los soldados realizaban cuando se presentaban en las funciones.

          Después de unos segundos, dejó su postura y sacó un pergamino de su mochila. Tosió ligeramente para aclararse la garganta, y bobamente, con mucha honra y respeto, nos presentó al Doctor zombi y a su despiadada mano derecha: Rhyso. Su asistente y guardaespaldas personal.

          Fue entonces cuando se abrió el telón y de él salió la planta que nos había otorgado el discurso anterior.

          Rhyso nos recibió a todos con una agradable sonrisa, y realizó otra elegante reverencia.


          El público era gigante. Una buena parte del ejército no-vivo acaparaba el estadio de entrenamiento.

         Observé a los alrededores y pude comprobar que había varios zombis soldado esparcidos en el área donde los espectadores podían observar el entrenamiento de los zombis en horario normal. Se me hizo muy extraño, ya que nadie más que ellos se encontraban allí: Todos estábamos abajo en el campo, expectantes y ansiosos por el discurso próximo.

          Los espectadores, yo incluida, nos observamos unos a otros. No entendíamos nada de lo que estaba pasando. ¿Dónde estaba Zomboss?

🌹 Plants vs Zombies Bitácora SEED #1: Una misión y un rescate. [ Alpha ]Där berättelser lever. Upptäck nu