𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 | Sultɑ́n Süleymɑn

Chapter 5.

En la noche.

— Malhun, ¿estás lista? — Daye Hatun entro a la habitación en donde la joven se encontraba preparándose.

— Solo me falta ponerme loción. — Respondió con una sonrisa.

Daye solo alzó una ceja, pero sin decir algo más se acercó a la mesita donde habían diferentes lociones tomando de está una de color amarillo traslúcido.

— Alza. — Dijo una vez qué abrió la botella, Malhun hizo caso y alzó su cabeza levemente dejando qué la mayor untara la loción en su cuello. — Está es una de las lociones favorita de la sultana Hafsa.

— Es vainilla, huele muy rico. — Malhun sonrió.

— Ya estás lista, sígueme. — Daye ignoró a la muchacha y salió, Malhun solo pudo sentirse triste.

Durante el camino la cariye le informo sobre lo que tenía qué hacer una vez este en la presencia del príncipe, la joven entendió todo.

— Abran las puertas está joven pasará la noche con nuestro príncipe. — Dijo la hatun hacia los aghas.

Los aghas hicieron caso y abrieron las puertas, las manos de Malhun comenzaron a temblar sus nervios habían llegado a ella, no había vuelta a atrás sí hacia lo de decían tal vez algún día podría volver a ver a sus padres, dejando esos pensamientos de lado entro, viendo a un joven verla con una sonrisa de oreja a oreja.

— Su alteza. — Malhun hizo una reverencia para después acercarse a el y besar su kaftan tal y cómo Daye se lo dijo.

— El príncipe dejo sus nervios de lado y tomo el mentón de la joven para así poder levantarla, una vez qué lo hizo habló. — ¿Cuál es tú nombre?

— Malhun, alteza. — Respondió

— Malhun, eres la primer mujer qué ha logrado enamorarme desde el primer momento en qué te vi, eres hermosa. — El príncipe acarició una de sus mejillas, la  joven solo sonriendo ante su tacto.

Después de esto, el joven le extendió su mano la cuál Malhun acepto, una vez qué sus manos estuvieron entrelazadas la llevo hasta su cama para sentarse.

El príncipe no pudo esperar más y la besó.

Un beso que comenzó siendo dulce, al paso de los minutos se volvió intenso.

Esa noche Malhun perdía su virginidad, pero se ganaba el corazón del príncipe.

El cuál juro amarla hasta el final de sus días.

Promesas vacías.

En la mañana.

—

Qué honor poder despertar y ver tu hermoso rostro, mi querida Malhun. — El príncipe Süleyman dijo una vez la joven despertó tan solo unos minutos después de el.

— Eso debí haberlo dicho yo, alteza. — Malhun dijo con una sonrisa adormilada.

El príncipe solo negó y se acercó a ella para besarla, una vez más siendo aún temprano hicieron el amor.

Cuándo terminaron, pideron el desayuno y entre risas se conocieron aún más.

— Volveré más tarde amor mío, espérame aquí. — Dijo el príncipe tomando las manos de la joven para entrelazarlas con las de él, pues por la tarde tenía un asunto pendiente.

— Cómo usted desee alteza. — Malhun dijo con tristeza.

— No te pongas así mi dulce princesa. — Süleyman la tomó de las mejillas para atraerla a el y dejar un beso en su frente.

— Malhun una vez qué el príncipe la soltó le dio una reverencia, aquel apodo le había dado dónde aún más le dolía. — Aquí lo espero, Süleyman, amor mío.

La tarde la paso en los aposentos del príncipe, recordando a sus padres y a su reino, después de mucho tiempo entendió el por qué sus padre la mantenían "encerrada" en su palacio.

Sí tan solo no hubiese elegido aquella petición.

Trataba de no lamentarse pero memorias de como estarán sus padres la hacen sentirse mal, su padre es el más débil pues aquella enfermedad la cuál padecía en esos momentos no era tan beneficiante para él.

Pero Malhun no sé dejaría pisar por cualquiera, ella encontraría un lugar en el Imperio Otomano sea como sea.

Malhun dejaría su nombre marcado no solo en aquel imperio, o en el palacio, sí no qué también en la historia.

¡ No olvides votar sí te ha gustado !