Después de unos minutos en silencio, Ingrid se acercó a su hija y la tomó del mentón suavemente para alzar su mirada.
— Ve afuera, tus hermanos te esperan. Yo hablaré con el sultán. — Habló a su hija mientras acariciaba su mejilla.
Larissa no dijo nada pues aún seguía en estado de shock simplemente hizo una reverencia y salió.
— Altezas ustedes también, por favor. — Ingrid dijo amablemente hacía los otros hijos de su esposo.
Los príncipes y sultana ante tal orden por parte de una desconocida miraron a su padre el cuál asintió con la cabeza dando a entender qué obedecieran y así fue, cada uno hizo una reverencia y salieron.
Quedando en los aposentos el sultán, la sultana Hatice, Hürrem y Mahidevran, está última manteniendo su mirada baja.( . . . )
Larissa caminaba hacia la salida principal de los aposentos encontrándose con sus hermanos Olivier y Mathias los cuáles una vez qué la vieron se acercaron a ella para abrazarla.
— ¿Por qué lo hiciste? ¿¡Por qué!? — Preguntó Olivier mientras besaba la frente de su hermana.
— ¿Cómo te atreviste a venir sola? — Está vez preguntó Mathias.
— No se preocupen, estoy bien. Los guardias imperiales del sultán me acompañaron, aparte venían Élise y Marie más otras 3 damas conmigo.— Les respondió con un semblante sereno, cada una de sus manos en la mejillas de sus hermanos en un intento de tranquilizarlos.
— Tonta, eres una tonta. — Dijo Olivier jalando a su hermana de manera brusca formando un abrazo. — No sabes cuánto me preocupe.
— ¿Por qué llamas tonta a una sultana? ¿Quién te crees qué eres? — Habló Mustafá acercándose a ellos. Sus hermanos igual.
Olivier se separó de Larissa al oír aquella voz, mirando a su hermano menor, ambos príncipes franceses se miraron entre sí para después hacer una leve reverencia y presentarse.
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𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 | Sultɑ́n Süleymɑn
FanfictionLa princesa Anneliese nació el 12 de diciembre de 1494, sí tan solo unos meses después de la llegada de su futuro amor. El qué parecía ser un hermoso día en su gran Imperio, el Imperio Francés, pronto se convertiría en su martirio. Anne, cómo solían...