La princesa Anneliese nació el 12 de diciembre de 1494, sí tan solo unos meses después de la llegada de su futuro amor.
El qué parecía ser un hermoso día en su gran Imperio, el Imperio Francés, pronto se convertiría en su martirio. Anne, cómo solían...
En los aposentos de la reina Anneliese se escuchaban gritos ahogados por parte de está.
¿Qué sucedía? La reina estaba dando a luz, aunque todos en el palacio de Louvre se preguntaban de quien era aquel bebé no obtenían ninguna respuesta.
— MAJESTAD, PUJE UNA VEZ MÁS POR FAVOR! — Gritó la partera qué estaba atendiendo a Anneliese.
La reina hizo caso y con más fuerza pujo al igual qué con un nuevo gritó desgarrador para la garganta de Anneliese.
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— Vamos majestad, siga así. — Dijo nuevamente la partera está vez alentando a su reina.
Y así siguieron durante algunas horas más.
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Manisa.
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— ¿Qué me sucederá, madre? — Preguntó el príncipe Süleyman a su madre.
— Cálmate hijo, todo está bien. — Dijo la sultana Hafsa mientras abrazaba a su hijo.
— Siento cómo sí una parte de mi fue arrancada de mi lado, y no lo digo por Anneliese. — El príncipe dijo con su ceño fruncido.
— Hijo es mejor qué olvides todo de ella, ahora es la reina del imperio francés. — La sultana Hafsa dijo con cierto rencor en sus palabras.
Justo antes de qué el príncipe pudiera responder, un gritó alegre se escuchó por el palacio asustando a la mayoría.
— ¡HATICE! Oh por Allah bendito, ¿estás bien? — Pregunto la sultana una vez qué salio de los aposentos de su hijo, viendo a una joven llorar de ¿ alegría ?
— Sultana. — Dijo Hatice mientras sonreía, desde hace mucho no llamaba a su madre como lo qué era y esto, estaba matando por dentro a Hafsa.
