Capítulo 29: El escondite del vampiro

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[— ¿Así que esta es la casa de tu vampirito?]

Lorenzo se encontraba apoyado a la pared con los brazos cruzados, como si estuviese esperando desde hacía rato, a que los chicos salieran de esa casa. Conservaba el rastro de la risa en su rostro, y sus ojos oscuros se entrecerraban desbordando crueldad.

— ¿De Christopher? — Preguntó León fingiendo estar desentendido, pero su voz temblaba por temor.

— ¿Pensás que nosotros nos vamos atrever a ir a esta hora a su casa, sabiendo que seguramente nos seguirías? — Expuso Mateo con una tranquilidad que convencería a cualquiera.

— ¿Y qué diablos están haciendo en una casa abandonada? — Gritó el mayor. — No soy estúpido.

— Vos mismo lo dijiste, la casa está abonada. — Agregó el rubio.

— Estábamos fumando. — Mintió el pelirrojo, a lo que su amigo le clavó la mirada extrañado.

— ¿Qué? — Cuestionó con confusión el tío. — No me tomen el pelo. Voy a pasar a la casa. — Afirmó, y acto seguido se encaminó hacia la puerta, que a pesar de su pesadez, pudo abrirla raramente con facilidad.

— ¡No le cuentes a mamá que fumo! — Exclamó Mateo con aparente preocupación en la frase, a espaldas de su tío, pero en realidad se estaba tapando la boca para no largar la carcajada.

— ¿Y si lo encuentra? — Preguntó León algo preocupado.

— Es Christopher. — Dijo el pelirrojo sonriendo. — Es mejor que el Hombre Araña. Aún así, hay otra cosa que me preocupa. — Añadió cobrando seriedad.

— ¿Qué cosa?

— ¿Y si mi tío no sale de ahí?

— Si Christopher te prometió que no lo mataría, no lo va a hacer.

Los minutos pasaban y los chicos permanecían en la vereda de la mansión. Se sentaron, se pararon y caminaron de un lado a otro, esperando al menos alguna señal de vida, ya sea del hombre o del fenómeno; pero ni un sonido, ni movimiento, nada se manifestaba dentro del enorme edificio.

De repente oyeron un ruido de madera chirriando, y en efecto, era el portón abriéndose, por donde salió Lorenzo con una bolsa negra algo pequeña en sus manos. León y Mateo intentaron descifrar lo que había ocurrido mediante la expresión en la cara del mayor, pero no lograron su objetivo, ya que éste, no traía ningún gesto en particular.

El castaño no dijo una palabra, ni siquiera los miró a los ojos, sólo pasó entre ellos y emprendió su caminata hacia el lado de la casa de Mateo.

— ¡¿Qué llevás en esa bolsa?! — Gritó León cuando Lorenzo se había alejado apenas cuatro o cinco metros.

— ¿Qué? — Cuestionó tranquilamente el mayor. Se detuvo y giró en dirección a los chicos, como demostración de que no estaba escapando.

— ¿Qué llevás ahí? — Repitió el rubio frunciendo el entrecejo, mientras Mateo continuaba callado.

— ¿Acá? — El castaño alzó la bolsa y sonrió. — Nada importante... — La abrió y sacó de dentro de ella, un sobre de plástico transparente, cerrado herméticamente. Dentro de él podía verse algo, como un trozo de carne con algunos pelos, que secretaba un líquido rojo y espeso. — Solo un pedazo de carne de algún animal.

— ¿Y para qué llevás eso? — Preguntó curioso y algo asustado.

— Para analizarlo... pero ¿por qué tan nervioso, León? Si acabás de asegurarme que tu novio no está acá. Entonces no te debería preocupar lo que yo vaya a hacer con esto. — Argumentó mientras volvía a colocarlo dentro de la bolsa negra. — Yo mejor me voy a dormir, no vaya a ser cosa que Alejandra se despierte y me vea entrando con un pedazo de animal muerto.

Lorenzo volvió a voltear y continuó su camino. Los chicos se quedaron parados en el lugar, sin saber qué era lo más conveniente entre seguir al castaño o quedarse con Christopher. Mateo sugirió volver a su casa, pero León no quería irse sin saber cómo se encontraba su vampiro.

— Vayan. — Habló Christopher casi en tono de orden, cuando la puerta se abrió nuevamente.

— ¿Qué hizo mi tío ahí adentro? — Cuestionó el pelirrojo.

— ¡No lo hubieses dejado pasar! — El rizado frunció el entrecejo.

— ¿Por qué no dejarlo pasar? No le tengo miedo. — Respondió el pelinegro. — Yo mismo le abrí la puerta. Ni siquiera tuve que esconderme, porque apagué todas las luces y el ingenuo alumbraba solo con la pantalla de su celular. ¿Qué clase de investigador no trae una linterna?

— ¿Y no te vio? — Preguntó León preocupado.

— No. Estuve todo el tiempo detrás de él. — Rió. — Ni siquiera recorrió el total de la casa.

— Pero se llevó algo. — Afirmó el rubio.

— Sí, le arrancó un pedazo a un perro con el que me alimenté. No tengo idea de si analizándolo podría descubrir algo.

— ¿Y tenías al perro muerto en tu living? — El rostro del colorado mutó demostrando repugnancia.

— En la cocina.

— ¡Qué asco!

— ¡Más asco da una hamburguesa que no sabés si realmente es carne de vaca, con días de estación y encima procesada!

— Nunca lo había pensado así... — Reflexionó Mateo abriendo sus ojos grandes.

— ¡Cállense! — Gritó León. — ¿Qué hacemos, Mateo?

— Vamos a casa.

Finalmente decidieron regresar al hogar. Entraron haciendo el menor ruido posible y se acostaron en la habitación de Mateo, como si nunca hubiesen salido allí.

Ambos estaban tranquilos porque, estando tan cerca Lorenzo de Christopher, ninguno de los dos salió herido. A la vez había algo que los inquietaba e intentaba sacarlos de su tranquilidad: ¿Qué va a conseguir Lorenzo después de analizar esos restos? Ellos no podían hacer nada. Sólo esperar. Y bien sabemos que a este par de aventureros no les gusta quedarse de brazos cruzados.

09:00 a.m. León y Mateo apenas habían dormido por la noche. Aún así se levantaron y fueron a la cocina a desayunar. Mientras el rubio untaba unas tostadas con miel y el pelirrojo preparaba el café, oyeron un par de zapatos chocar una y otra vez por el suelo del pasillo. Unos segundos después, Alejandra estaba parada en la puerta de la cocina.

— Hijo, ¿lo que me contó tu tío es verdad? — Habló en tono severo.

— ¿Q-qué cosa, mamá? — Preguntó el pobre chico sin mirar al rostro de su madre.

— ¿Dónde estabas anoche?








Holaa ^^ Bueno, sé que este capítulo también es bastante corto x_x pero es que así puedo actualizar más seguido; si no pasaría mucho tiempo. Igualmente ya estoy escribiendo el #30 :) Espero que estén y bien y que les haya gustado el capítulo ^^

Ya saben cuanto agradezco lecturas, votos y esos comentarios tan bonitos que me gusta tanto leer :') <3 Un beso a cada uno!

Ojos de vampiro [Gay]Where stories live. Discover now