Capítulo 6: La casa

14.8K 924 269
                                    

Era totalmente tenebroso. Las paredes manchadas de humedad, los vidrios de las ventanas rotos, los postigos se golpeaban con el viento, el largo pasto en el pequeño patio de entrada. La casa ocupaba toda la manzana, y estaba apresada por enredaderas. León recordaba algunos de los libros de fantasía que había leído. Parecía la típica casa embrujada a la que muchos entran, pero nadie sale. Ambos chicos subieron la corta escalera que había en la vereda.

— Sigo pensando que es una locura.— Dijo León.

— Locura sería no hacerlo.— Lo reparó Mateo. — Adoro estas aventuras.

— ¿Y si retrocedemos? Esa estatua que está arriba de la puerta parece que nos estuviera mirando.— El rubio señaló dicha gárgola dejando notar su nerviosismo, en el temblequeo de su mano.

— Dale, León. Abrí la puerta. No seas cobarde.

— No soy cobarde. Pero te cedo el honor.

— Si tenés miedo decime y no entramos. — Habló el pecoso seriamente posando una de sus manos en el hombro de su amigo.

— Está bien. Tengo miedo. — Admitió. — ¿Podemos volver, por favor?

— ¿Ves? Yo sabía. Igual era un chiste. Ni loco me voy.— Dijo riendo el pelirrojo.

Mateo tomó coraje respirando profundo, agarró el picaporte y empujó hacia adentro. La puerta rechinó. Al entrar notaron que el interior era totalmente distinto a lo que habían imaginado. A pesar de la poca luz, podían ver los muebles bastante bien cuidados, todo limpio y cosas algo desordenadas, como si en verdad alguien viviese allí. Parecía un sueño o una película.

León se detuvo unos segundos observando todo. Buscó su celular para poder alumbrar un poco. Miró para todos lados, Mateo no estaba. El rubio fue invadido por los nervios. "¿Mateo? ¡Mateo! ¿Dónde estás?" Comenzó a buscar desesperado. Oyó ruido detrás suyo. "¿Mateo?" Nadie contestaba. "¿Christopher?". Seguía sin obtener respuesta. Decidió voltear. "¡BOO!" le gritó el pelirrojo en la cara, sosteniendo una paloma muerta desde las alas. León quedó pálido. Mateo se echó a reír a carcajadas.

— ¡Estúpido! Casi me matás de un susto.— Exclamó León pasándose la mano por la cara.

— Perdón, no pensé que te ibas a asustar tanto.

— ¿Qué tenés ahí?— Preguntó haciendo una mueca de repugnancia mientras observaba aquel ave algo destrozado.

— Una paloma. Creo que una rata le comió algunas partes. Pobresita. —  Dijo mostrándole al pobre animal casi desangrado.

— Tirá eso. Es un asc... — Dejó de hablar al escuchar un fuerte ruido que parecía provenir desde el piso de arriba.

— Él debe estar arriba. ¡Subamos! — Gritó entusiasmado el pecoso.

— No. Estás loco. Salgamos de acá.

La curiosidad de Mateo, lo impulsó a subir las escaleras. Al pisar el cuarto escalón, León también decidió subir, para no dejar solo a su amigo. Además también sentía curiosidad por saber sobre Christopher, aunque intentaba negárselo a sí mismo. Cada paso hacía chillar la madera del piso. Volvieron a escuchar otro ruido, aún más fuerte que el anterior. Esta vez, a los dos les dio miedo, así que intentaron bajar corriendo. Mala idea.

León abrió los ojos. Estaba acostado. Su cabeza estallaba de dolor. "¿Dónde estoy?" pensó. No recordaba nada después de lo de las escaleras. Tal vez por la resaca que tenía encima. Podía encontrarse tirado en cualquier esquina, inconsciente. Pero sin embargo, reconoció el lugar. Estaba en su propia cama. Incluso tapado con una frazada. "¿Cómo llegué acá? ¿Y Mateo dónde está?" decenas de preguntas invadían su mente.

Ojos de vampiro [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora